Presentado en 1997, fue uno de los prototipos que no logró ser el sucesor del Mini clásico. Sin embargo, las ideas que representa todavía siguen vigentes en el modelo.
El MINI ACV 30 fue uno de los concept cars de la marca británica que no derivó en el MINI de 2001, sucesor del Mini clásico. A pesar de esto, el prototipo presentado en el Salón del Automóvil de Frankfurt en septiembre de 1997, representaba algunas ideas que la automotriz quería incluir en el nuevo producto.
El diseño de este llamativo concept fue el primero que tuvo la firma de Adrian van Hooydonk, en ese tiempo diseñador de exteriores de automóviles BMW y actual vicepresidente senior de BMW Group Design.
Van Hooydonk se inspiró en el pasado deportivo de la emblemática automotriz para señalar el camino de la nueva generación del modelo. A pesar de que la idea fue rechazada en 1995, se siguió desarrollando como un concept car completo que se develó al público con el nombre de “Anniversary Concept Vehicle”, o ACV 30, en enero de 1997, durante el Rally de Monte Carlo. En cuanto al número 30, remite a los triunfos de Mini en esa competencia, logrados 30 años antes (1964, 1965 y 1967).
Entre las similitudes que mostraba el ACV 30 con el MINI de producción final y el Mini original, se encontraban el motor delantero y la tracción delantera. A su vez, mostró que se podían adaptar al diseño de un futuro modelo los rasgos característicos del Mini clásico, como la parrilla hexagonal del radiador y los faros circulares. Como era un auto de rally, este prototipo tenía también cuatro luces extra en el frente que, si bien no se incorporaron al MINI de serie, se podían conseguir como accesorio.
También pasaron a formar parte del primer nuevo MINI, elementos tales como los faros grandes, el formato de baúl tipo hatchback y el techo flotante con los icónicos pilares negros. Con respecto al interior, estaba casi listo para la producción final y sentó las bases para el diseño definitivo del habitáculo, con su prominente velocímetro ubicado en el centro.
