El problema es que el filtro se llena mucho antes de lo previsto por el fabricante, lo que afecta a las prestaciones del automóvil. El filtro, cuando se llena, “se calienta y en el peor de los casos, podría incendiarse, aunque nunca se ha dado este caso aún”, precisó un portavoz de la compañía.
Los modelos afectados son los fabricados después de 2005 del C30, S40 y V50 con motor diesel de 1.6 litros. La mayor parte de esos coches se vendieron en Alemania, España, Francia y Suecia. Desde luego, Volvo envió un correo a los propietarios de los vehículos, invitándolos a pasar por un taller para resolverles el problema de manera gratuita.