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Nuevo Renault Logan: conclusión final

Para ir cerrando el análisis del Nuevo Renault Logan, que probé en versión Intens CVT, la automática de despeje elevado y estética aventurera, un resumen con los puntos que me gustaron y todo aquello que le reclamo…

> QUÉ ME GUSTÓ <
+ Incorporación de ESP por primera vez en el Logan (sólo en la versión automática)
+ Ahora con 4 airbags en toda la gama (antes sólo ofrecía el doble frontal)
+ Despeje elevado (18 cm) para cunetas y lomos (casi como conducir un SUV)
+ Motor 1.6 con tecnología SCe y distribución por cadena (menor mantenimiento)
+ Desempeño de la caja CVT en ciudad en conducción “relajada” (bastante suave)
+ Selector secuencial de la CVT, que rebaja hacia delante y sube hacia atrás (como debería ser siempre, claro, aunque la mayoría de las veces funcionan justo al revés)
+ Distancia de frenado (mejor de lo esperado, con menos de 40 metros de “100 a 0”)
+ Dirección electro-hidráulica (ya la tenía), que la hace más liviana a baja velocidad
+ Posición de conducción elevada (otra vez, tipo SUV, aunque atípico en un sedán)
+ Ahora con Android Auto y Apple CarPlay para espejar aplicaciones del celular
+ Habitabilidad trasera, en espacio para las piernas y altura para la cabeza
+ Ahora en toda la gama con 5 apoyacabezas y 5 cinturones inerciales de 3 puntos
+ Capacidad del baúl: 510 litros, a prueba de las familias tipo más demandantes…
+ Reclinación en fracción 1/3 o 2/3 del respaldo trasero (no tan habitual en sedán)
+ Amortiguador para sostener el capot (lo tenía desde antes, pero vale destacarlo porque es atípico en su segmento e incluso, en vehículos de precio muy superior)

> QUÉ LE RECLAMO <
– Mejor desempeño dinámico (notoria inclinación en curvas de media velocidad; y aunque no sea un deportivo sino un sedán familiar, es mi principal crítica a este Logan “elevado” que resulta 4 cm más alto en total frente a la versión convencional)
– ESP en el resto de la gama (bienvenido con caja AT, pero aún falta en los MT)
– Consumo urbano más contenido (con la CVT, casi roza los 12 litros/100 km a 22 km/h de promedio, una cifra que indica tránsito “fluido”. Si es “pesado”, peor aún)
– Auxilio homogéneo (aunque no es el odiado tipo “motocicleta”, es de otra medida)
– Un poco más de esmero en algunos materiales del interior (ej: contrapuertas)
– Faro antiniebla trasero (una deuda que mantiene pendiente)
– Regulación del volante en profundidad (sólo tiene en altura)
– Amortiguadores para apertura de baúl en lugar de bisagras intrusivas, que restan espacio de carga y además, pueden dañar el equipaje (hay rivales que los ofrecen)

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