Pese a que nació en la década del ’60, el MINI se mantiene vigente en el tiempo y continúa siendo un objeto casi de culto. La nueva generación se lanzó en Europa en 2000 y llegó a la Argentina cuatro años más tarde. Ahora, con menos demora que aquella vez, ya está en el país la segunda versión del MINI Cooper.
Las grandes novedades se encuentran en el interior del coche. Su velocímetro analógico central es ahora mucho más grande y agregó, por ejemplo, los comandos del equipo de audio. Así, el tablero es más claro y espacioso. El volante presenta tres rayos en lugar de dos y las butacas son más cómodas y sujetan mejor al pasajero. Pero hay otra perlita del nuevo MINI Cooper y consiste en un kit luminoso opcional que permite personalizar la iluminación del interior, eligiendo entre cinco colores distintos. Exteriormente, el nuevo Cooper es unos cinco centímetros más largo que la versión anterior.
La segunda generación del MINI ganó 5 caballos de fuerza, tanto en la versión Cooper, que pasó a 120 CV, como en la Cooper S, que ahora llega a 175 CV con la ayuda del turbocompresor instalado en el motor de 1.6 litros. Esto se traduce en una gran respuesta que le permite al coche (con caja de seis velocidades) acelerar de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 225 km/h. Con suspensiones duras y cortas y una excelente respuesta en la dirección, ofrece un asombroso comportamiento dinámico.
BMW de Argentina S.A., importador de MINI en el país, ofrece dos variantes de equipamiento para el Cooper S (con dos años de garantía sin límite de kilometraje): la Chili, a 37.500 dólares, y la Hot Pepper, a 39.900 dólares. Pero hay una más económica, la Cooper Chili, por 32.500.