Luego de haberse fabricado más de 15.000.000 de unidades, la producción del modelo “T” concluía en mayo de 1927, y el vehículo que lo reemplazaría debía responder a los requerimientos de un mercado mucho más sofisticado, fruto de la bonanza de los años ‘20, que privilegiaba los aspectos relacionados con el confort y la belleza, sobre la simpleza y fortaleza que caracterizaba al modelo “T”.
Henry Ford dio directivas básicas para el desarrollo del nuevo modelo: debía ser más bajo, más largo y más ancho que el modelo “T”; tenía que entregar velocidad, fortaleza y confort, y a su vez, estar disponible en una variedad de versiones y colores. Tan revolucionarios debían ser los cambios que hasta el nombre que se eligió, “A”, fue el mismo del primer auto fabricado por Ford, en 1903.
La producción de la planta se concentró por casi cinco meses para dar cabida al nuevo modelo, y el 21 de octubre de 1927 salió de la línea de ensamblado, en Detroit, el primer Ford “A”, un automóvil armado con 5.580 piezas totalmente nuevas y un motor de 4 cilindros y 40 HP con caja de tres velocidades.
En total se fabricaron 5.000.000 de unidades de este modelo y su producción en Detroit culminó en agosto de 1931, dando lugar a otro éxito de Ford, el V8. En la Argentina, el Ford A fue un rotundo éxito y se produjo en la planta que la marca del óvalo tenía en el barrio de La Boca, donde se fabricaron 45.000 unidades entre 1928 y 1931, récord para el modelo fuera de Norteamérica.