Esta amenaza de la mítica formación italiana llegó tras una reunión en Maranello de sus principales dirigentes, con el presidente Luca di Montezemolo a la cabeza. El sábado, Toyota se había pronunciado en términos similares, asegurando que abandonaría el Mundial si no se cambia el nuevo reglamento. Red Bull y BMW Sauber tomaron la misma postura.
A fines de abril, la FIA dio a conocer sus nuevas normas para 2010, que fijan el presupuesto de los equipos en un límite máximo de 45 millones de euros por temporada y a cambio, otorgan libertades técnicas. Aquellas escuderías que no acepten el tope de gastos no dispondrán de esas ventajas, lo que dividiría la grilla de la F.1 en dos bandos: equipos con presupuesto limitado y hándicap técnico, y escuderías sin tope de gastos pero restringidas reglamentariamente.