La marca sueca entregó una unidad para la flota turística porteña. Promete importantes beneficios ambientales y de costos frente a vehículos diésel.
Volvo entregó al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires un bus híbrido que pasará a formar parte de la flota de buses turísticos que recorren el territorio porteño. El chasis de la unidad está fabricado en Curitiba, Brasil, donde la marca sueca comenzó a producir vehículos híbridos en junio de 2012.
Este bus promete una reducción del 35 por ciento en el consumo de combustible, lo que significa un 35 por ciento menos de emisión de gases carbónicos. Además, emite 50 por ciento menos de material particulado (hollín) y 40 por ciento menos de óxidos nocivos para la salud (NOx) que los buses con tecnología Euro 5. La reducción es del 90 por ciento frente a los buses con tecnología Euro 3.
Por otra parte, el bus híbrido es más silencioso que uno diésel. Permanece silencioso en el arranque, cuando está detenido en un semáfoto y en los puntos de ascenso y descenso de pasajeros. En esas instancias, el motor diésel se apaga y funciona sólo el motor eléctrico. Los costos operativos de los operadores de transporte pueden llegar a representar alrededor del 30 por ciento del total.
A nivel tecnológico, dispone de una solución llamada “Híbrida en Paralelo”. Con ella, el motor eléctrico se utiliza para arrancar el vehículo y acelerarlo hasta una velocidad de aproximadamente 20 km/h, momento de mayor emisión de contaminantes. Cuando se supera esa velocidad, entra en acción el motor diésel. La batería se recarga durante las frenadas.
El Gerente de Buses de Volvo Argentina, Alejandro Ariza, comentó al respecto: “Con un valor inicial apenas más elevado, la reducción de los gastos con combustible sin pérdida de la capacidad de transporte de pasajeros hace que el retorno de la inversión sea equivalente al de un ómnibus convencional movido a diésel. Son características que hacen que el híbrido sea económicamente viable”.
