Técnicamente, este biplaza deportivo de la casa bávara está cubierto por un tejido industrial híbrido con una capa superficial que no permite el paso del agua y que resiste tanto el calor como el frío. Pero además, por su resistencia y capacidad de dilatación se asemeja a la piel de un ser vivo. Así es que el coche no presenta casi ranuras en ninguna parte de su superficie.
Otra particularidad del Gina Light Visionmodel es que algunos de sus elementos son móviles, con el foco puesto en ocultar aquellos que no son utilizados. Por ejemplo, los faros. Cuando el conductor no los emplee, las ópticas permanecerán ocultas bajo la capa de tejido textil, mientras que cuando se los encienda se abrirán e iluminarán a través de orificios en la tela. Otro ejemplo de esto es el alerón trasero, que se eleva en forma automática cuando el coche alcanza determinada velocidad. Caso contrario, se mantiene oculto.
Siguiendo con los faros, es curioso remarcar la ubicación de los giños de giro, que no se ven desde el exterior sino que están ocultos bajo la capa textil. Sin embargo, la luz que emiten es claramente visible en el momento en que se los acciona. ¿Y el capot? Sin duda, otra particularidad de este increíble automóvil. No hace falta abrir esa pieza, que en realidad no está presente. Al motor se accede mediante una parrilla ovoide doble, que a modo de cremallera, permite abrir la zona.
En el interior se sigue la misma línea. Así es que el tablero sólo mostrará los comandos que realmente necesite el conductor en cada condición del viaje, ocultando aquellos otros de utilización esporádica.