El aumento del precio del petróleo y de las materias primas, así como la tendencia a la baja de las ventas de automóviles en Estados Unidos, Japón y Europa, en el marco de una desaceleración económica, frustraron las ambiciones de la empresa nipona. Toyota, que engloba las marcas Toyota, Lexus, Daihatsu y Hino, soñaba inicialmente con vender 10,4 millones de coches en el mundo durante el próximo año, una cifra que fue revisada a 9,7 millones.
La barrera simbólica de 10 millones de unidades vendidas en el mundo, en un solo año por una sola empresa, nunca fue franqueada, aunque la estadounidense General Motors la rozó en varias oportunidades, antes de que sus grandes coches sufrieran los embates del combustible oneroso y la competencia de los autos japoneses, más ahorradores.
Ante esta situación, Toyota buscará asimismo beneficiarse de la rápida progresión de la demanda en los países emergentes, sobre todo en India y en Brasil, donde sólo controla actualmente un 3% del mercado. Así, la automotriz abrirá una fábrica en India en 2010 y otra en Brasil el año siguiente, donde producirá nuevos modelos, especialmente desarrollados para satisfacer las expectativas de los clientes locales.