Heredó la pasión del padre, pero supo hacerlo a su manera, rompiendo prejuicios. Hoy es la gran instructora del todoterreno y alienta a las mujeres a animarse.
Por Patricia Osuna Gutiérrez
Sofía Cammarata es sinónimo de 4×4. Heredó la pasión de su padre, Quique, uno de los precursores de esta actividad en la Argentina. Estudió Psicología porque inicialmente, quiso diferenciarse de su familia. Pero en un punto, entendió que el mundo del todoterreno le apasionaba y también, que podía hacerlo a su manera, rompiendo prejuicios. Así creó Mujeres Todo Terreno (MTT), una empresa que realiza travesías off road por todo el país y que no para de crecer (ver más aquí). Con ese y muchos otros proyectos, “Sofi” es hoy una referente del mundo 4×4 que está animando a las mujeres a ese tipo de aventura. CarsMagazine.com.ar la entrevistó para repasar su pasado, presente y futuro; pero fundamentalmente, para que pudiera transmitir cuánto tiene para descubrir y entregar cada mujer que se anima a ponerse al volante de un 4×4.
– ¿Cómo surge tu pasión por el 4×4?
– Por herencia familiar. Quique, mi papá, fue el primer argentino en introducir al país el mundo del 4×4. Arrancó con Land Rover cuando no se hacían actividades off road nacionales ni se planteaban las internacionales.
– ¿Y qué te motivó?
– De chica, recuerdo que papá participó de una de las selecciones del Camel Trophy, una competencia internacional por habilidades que evaluaba el trabajo en equipo, la orientación y la supervivencia, entre otras cosas. Él fue el director de la selección que se hizo en la Argentina. No me olvido más cuando fuimos con mamá al aeropuerto a buscarlo a su regreso. Llegó con toda la ropa característica del Camel Trophy. Esa competencia le daba mucha importancia a la imagen. Y empezó a contar cómo había sido todo, veía sus ojos brillar y pensaba… ¡lo que habrá visto!
– ¿Cuál fue tu reacción?
– Siempre tuve la sensación de que, en este tipo de actividades, veías más allá que el común denominador de la gente. Me gustaba cuando le preguntaban a papá de qué trabajaba y le costaba mucho explicarlo; sus hijas lo entendimos recién de adolescentes. Y yo supe que quería tener una profesión que no pudiera explicar, y así es hoy. Hago un montón de cosas, mi búsqueda fue por ese lado. Ver cosas que el resto no pudiera ver.
– ¿Qué rol tuvo tu mamá en tu camino profesional?
– Ella es la figura principal. Este rubro históricamente ha sido masculino. Vi viejo era la imagen, el piloto, pero la que estaba detrás de la organización y la logística era mi mamá, Gladys Di Pelino, alias ‘Blonde’. Hace más de 30 años, ellos fundaron Off Road 4×4 Experience (ver más aquí) y mamá organizaba la estrategia de las travesías nacionales y las primeras que se hicieron internacionalmente.
– ¿Qué hacía tu mamá?
– Llevaba contingentes de argentinos a destinos como Sudáfrica, Túnez, Botsuana, Mozambique y coordinaba la travesía para que, por ejemplo, un jefe de una tribu en Namibia los esperara con la comida hecha un lunes a las 22. Mi vieja estaba detrás de todo eso y nadie la conoció nunca. Así, pasó y pasa con muchas mujeres.
– ¿Qué estudiaste?
– Empecé a estudiar Psicología en la UBA porque quería hacer mi propio camino y no copiar a mis viejos; de hecho, me falta la tesis para recibirme. En el medio trabajé y entendí que toda esa experiencia acumulada en el rubro corporativo en las áreas de marketing, comunicación y comercialización podía aplicarla a la empresa familiar. A los 25 años, de repente, me di cuenta de que eso que yo ‘negaba’, se reveló, y noté que era más divertido lo que hacía mi viejo frente a lo que yo hacía del otro lado. Entendí que no iba a ser una copia de él, porque realmente me interesa y me apasiona el 4×4. Y desde hace cinco años me dedico exclusivamente a la empresa.
– ¿Cómo fue tu ingreso a un mundo mayoritario de hombres?
– No fue fácil. Entré siendo ‘la hija del jefe’ y mujer. Fue un doble desafío luchar contra eso, pero con trabajo fui rompiendo un montón de estereotipos.
– ¿Así arrancó tu proyecto de Mujeres Toto Terreno (MTT)?
– Siempre supe que no quería ser la que está detrás y no tiene nombre. Quise imponer la figura femenina de la Instructora Piloto y ahí, surge todo el movimiento de Mujeres Todo Terreno, porque quería y quiero que las mujeres puedan identificarse, amigarse con el 4×4, que tengan una referente mujer en el rubro. Junto con mi socia Tamara Chávez, una de las primeras pilotos que entrené, entendemos que cualquier mujer puede identificarse y saber que no hace falta ser ‘fierrera’ de cuna para manejar un 4×4. Esta temporada entrenamos a dos mujeres para que me acompañen a las travesías con su propio vehículo.
– ¿Cuál fue la primera travesía de MTT?
– Fue con Jeep, en 2019. Para la marca, fue una de las actividades que más repercusión generó luego de haberla realizado. Invité a un grupo de 20 mujeres de diferentes rubros: una influencer, una agrónoma, una directora de un banco y otra de seguridad vial, varias periodistas, y en la Estación de Bomberos de Villa Gesell sorteamos entre las bomberas un cupo más. La travesía fue en enero, y hasta julio las mujeres siguieron compartiendo su experiencia en las redes sociales. Las métricas que le llegaron a la marca eran muy buenas, con tanta repercusión post evento.
– Para 2022, ¿qué planes tiene MTT?
– Para mitad de año pensamos hacer una nueva travesía, si es posible ya post pandemia; si no, lo dejaremos para la temporada de verano directamente. La idea es seguir instalando a MTT, este espacio que requieren y tienen las mujeres.
– ¿Cómo son las travesías?
– Deberían ser mixtas, pero hoy es necesaria la diferenciación, porque pocas mujeres se animan a asistir como pilotos a una travesía donde hay un 90% de hombres, y las que van lo hacen de acompañantes. Entonces, darles el espacio para que seamos sólo nosotras, permite que ellas se animen a acercarse. Esperamos que a futuro ya no sea necesaria esa diferenciación, pero hoy sí lo es.
– Para la mujer, ¿cómo ha sido el paso de ‘acompañante’ a piloto de un 4×4?
– Ese rol me hizo ruido desde el principio. Empezamos a animarlas y les dimos la oportunidad de venir a estos encuentros y que fueran conductoras. Llegaban tímidamente en una Ranger o una RAM que le ‘robaban’ al marido. Y en las pruebas de manejo, donde se pensaba que el auto grande era para el marido y el chico para la mujer, costaba mucho que se hicieran cargo de que el vehículo era para ellas, aunque no supieran de motores o suspensión.
– ¿Y qué ocurrió después?
– Justamente, el desafío fue que aceptaran que un vehículo grande también podía ser para ellas. Para hacer las travesías, es necesario que el vehículo sea grande y preparado para este tipo de actividades y terrenos. Entonces, al año siguiente vinieron mujeres que habían adquirido vehículos 4×4, y me lo agradecían y decían que lo usaban más que sus maridos. Se sumaron solas o con amigas a hacer las travesías, siempre acompañadas por un instructor. Empezaron a verse ‘conductoras’ a sí mismas en las travesías, porque les gustaba y se animaban a hacerlas.
– ¿Quién se deja instruir mejor, el hombre o la mujer?
– En las pistas, promovemos que la persona maneje con un instructor al lado, con una instrucción previa. Hay pruebas donde se bloquean más los hombres por una sencilla razón: si hacés en una actividad extrema lo que dice el instructor, salvo que sea algo extraordinario, todo debería salir bien. El hombre en este tipo de actividades subestima mucho, y habla de los años que lleva manejando, aunque admite que esa prueba no la hizo nunca. Ese hombre es el que se queda en el medio de la trepada bloqueado y aferrado al volante. En cambio, la mujer no subestima el peligro porque es una actividad que no hizo nunca y confía muchísimo en quien está dando la instrucción. Entonces, si es una mujer, la satisfacción al terminar la prueba es única, hay brillo en sus ojos y la emoción no se la sacás más.
– ¿Qué objetivos tenés a futuro, de mediano y largo plazo?
– Tengo dos objetivos: por un lado, ser la primera argentina en participar de una competencia importante como el Dakar; y por otro, estar a cargo de una competencia 4×4 con categoría internacional en la Argentina para mujeres.
– ¿Qué has aprendido de tu camino en el 4×4?
– A confiar en mí misma, a bajar la ansiedad, a levantarme varias veces, a entender que, aunque el resto no pueda ver de lo que soy capaz, no implica que no sea capaz. Aprendí a no subestimar nada: ni en la vida, ni en la actividad empresarial corporativa, ni en la travesía, ni en unas vacaciones. A ordenarme, porque es un trabajo autorregulado y hay que saber que hay cosas que llevan tiempo. Aprendí a hacerles entender a otros que, aunque como aventura crean que todo es espontaneo, hay una logística previa, como la he tenido para llegar a los lugares donde estoy hoy. Mi carrera va por ese lado, sigo el camino que dibujé con paciencia, estrategia, logística… y en algún momento llega todo.