No hace ruido. Acelera tremendo. Se puede frenar ¡sin pisar el freno! Y por ser 100% eléctrico no hay emisiones. Pero por precio, aún no es una compra racional.
Por Martín Egozcue
martin.egozcue@carsmagazine.com.ar
Por Martín Lübel
@mlubelphoto
La información básica sobre el Nissan LEAF ya te la conté en esta nota, incluyendo hasta la ficha técnica para descargar. Ahí te expliqué cuáles son las tres formas de recargar la batería y cuánto se tarda en cada caso. También, qué autonomía podés obtener según el tipo de conducción. En ese informe, además, puntualicé sobre el precio del vehículo y por qué es tan caro. Y también detallé cuál es el ahorro operativo en comparación con un automóvil de combustión interna, al menos en cifras difundidas por Nissan. Y claro, desde luego, señalé lo más importante: el LEAF, por ser un vehículo 100% eléctrico, no genera ningún tipo de emisión contaminante al momento de su utilización (luego podremos discutir, claro está, cómo se genera esa energía).
Pero acá lo que quiero contarte es cómo fue la prueba que realicé gracias al préstamo del LEAF por parte de Nissan Argentina. Cuántos kilómetros recorrí, por dónde anduve, cuánto me duró la batería y cómo la recargué. Y en definitiva, qué pienso de la propuesta del primer vehículo 100% eléctrico de pasajeros que se comercializa en la Argentina (recordar que Renault había lanzado antes el Kangoo ZE también 100% eléctrico, pero en ese caso es un furgón de carga y no un automóvil de pasajeros).
Al LEAF lo tuve en mi poder durante 48 horas y terminé recorriendo algo más de 200 kilómetros. Lo busqué un miércoles al mediodía, en el concesionario Nissan Auto Ferro de Martínez. Y ese día fue el que más kilómetros recorrí porque tenía una agenda laboral intensa. De allí nomás, con la batería lógicamente cargada al 100%, me fui hasta Cardales, para cubrir el lanzamiento del Nuevo 2008 de Peugeot (ver aquí). La siguiente escala, ya entrada la tarde, fue en Pilar, para la inauguración del concesionario SelecTrucks de camiones usados garantizados por Mercedes-Benz (ver aquí). Y finamente, el regreso a mi casa, en Flores, bien entrada la noche. En total, completé 145 kilómetros para el recorrido Martínez-Cardales-Pilar-Flores, en un 98% del trayecto circulando por autopistas o vías rápidas. Conduje siempre a una velocidad entre 100 y 110 km/h, sin preocuparme puntualmente por el consumo. O sea, como si fuera un auto “normal”. No dudé en escuchar la radio y en el último trayecto hasta encendí la calefacción, una de las acciones que más incrementa el consumo de la batería en los autos eléctricos. ¿Cuánta batería tenía al llegar a mi casa? Todavía un 33 por ciento. O sea, me sobró y llegué más que tranquilo.
Al día siguiente, el jueves, me ocupé de probar el LEAF en la ciudad; es decir, en el tránsito urbano. Y allí comprobé lo que me habían explicado en Nissan: en esta instancia, el vehículo eléctrico es mucho más eficiente porque la batería dura más. Dicho de otro modo, tarda más en descargarse. ¿Por qué? Porque cuando el vehículo está en fase de frenado, se regenera la energía de la batería, lo que extiende la autonomía. En cambio, el día anterior, que como te conté conduje casi todo en autopista a velocidad constante, prácticamente no hubo posibilidad de regenerar energía.
Manejando el LEAF por la ciudad experimenté varias otras sensaciones totalmente nuevas. La primera, la increíble reacción que tiene un vehículo eléctrico. En este tipo de propulsión, la entrega de torque es inmediata. Por si no estás familiarizado con la palabra torque, te lo traduzco: es la “reacción” de un automóvil cuando lo acelerás a baja o media velocidad. Como la respuesta que te da el acelerador a la presión que ejercés. En un automóvil a combustión, esa respuesta es gradual y a veces, más rápida o más lenta, según el caso. Pero acá es, literalmente, inmediata. O sea, pisás el acelerador y el LEAF te responde, al máximo de su potencial, en el acto. Por lo tanto, sale como disparado y sentís que te hundís en el asiento. Según Nissan, el LEAF acelera de “0 a 100” en 7,9 segundos. Sí, leíste bien, y es un auto 100% eléctrico.
Otra experiencia totalmente inédita fue la ausencia de ruido. Claro, eso lo noté desde el primer momento en que me subí y puse el auto en marcha. No hay nada más que te indique que el auto está en modo “ON” que una luz verde encendida en el tablero. Pero esta sensación de silencio, de alguna forma, se potencia cuando estás metido en el tránsito urbano, entre colectivos, motos y otros automóviles cuyas emisiones sonoras parecen amplificarse ante el silencio que genera el LEAF. Acá también hay una reducción de contaminación, en términos sonoros (y después podemos discutir también si esto es peligroso para los peatones, que sólo se alertan visualmente y no por sonido de la aproximación del vehículo, tal como comprobé en un par de ocasiones).
Finalmente, otra nueva experiencia que viví con el LEAF fue la de frenar… ¡sin pisar el freno! Sucede que hay una función denominada e-pedal que cuando se activa, genera un efecto de frenado cuando el conductor levanta el pie del acelerador. A tal punto, que el vehículo logra detenerse por completo. La primera vez que lo probé, levanté el pie del acelerador al aproximarme a un vehículo detenido en un semáforo. Y el LEAF se paró muchos metros antes de lo que normalmente yo habría frenado mediante el pedal tradicional. O sea, al e-pedal le sobró capacidad de frenado con sólo desacelerar y sin pisar el pedal de freno. Una vez que le tomé la mano (en dos o tres semáforos más), comencé a frenar de forma más natural con el e-pedal y terminé aprobando la solución. Importante: el e-pedal tiene sentido y su efecto se aprecia en el tránsito urbano, a baja velocidad. Si lo activás en la autopista y levantás el pie del acelerador, el frenado será muy leve, casi imperceptible. Por eso, el e-pedal es una función para simplificar la conducción en ámbito 100% urbano.
Si me seguís en el Instagram de @CarsMagazineArg (si no, te invito a hacerlo acá), tal vez hayas visto la serie de historias que armé durante las 48 horas de prueba del LEAF, hasta que lo devolví el viernes al mediodía, nuevamente en Nissan Auto Ferro de Martínez. En Instagram, en varios mensajes internos de esas historias, muchos de ustedes me preguntaron dos cuestiones básicas: el precio del Nissan LEAF y si valía la pena comprarlo. O sea, si tiene sentido un automóvil eléctrico hoy en la Argentina, pero lógicamente, al valor del LEAF.
Tengo una mala noticia para darte: el primer vehículo 100% eléctrico de pasajeros en la Argentina es carísimo. Su precio es de 61.600 dólares, que hoy en nuestro país son más de $3.500.000 (sí, tres millones y medio de pesos). Además, para cargarlo en tu casa, necesitás comprar el WallBox, el dispositivo que reconvierte la energía eléctrica hogareña para que la carga completa de la batería sólo demore de 6 a 8 horas. Y ahí tenés que sumar 2.000 dólares más. O sea, ya estamos en casi $3.700.000.
Es decir, el LEAF es muy caro y por más que su costo operativo sea hasta 70% más económico frente a un auto convencional, la ecuación no alcanza para comprarlo desde un punto de vista racional. Y en ese 70% menos de costo operativo no sólo se incluye el valor del combustible “nafta vs. electricidad”, sino también el mantenimiento libre de fluidos, correas y otros elementos que no existen en el vehículo eléctrico.
La otra traba que hoy tiene un vehículo eléctrico es la autonomía y, al menos en nuestro país, la infraestructura para recargarlo. Si lo vas a usar para ir y volver todos los días al trabajo, por más que vivas a 75 km de distancia, desde ya que no vas a tener ningún problema. Te conté que hice 145 km por autopista en un mismo día y me sobró un tercio de batería. Pero si querés irte desde Buenos Aires hasta Mar del Plata, por dar un ejemplo, no vas a llegar por autonomía y hoy no encontrarás los puntos de recarga rápida necesarios para completar el trayecto.
Por todo aquello, creo que en la Argentina y en 2019, el Nissan LEAF no tiene sentido como única herramienta de movilidad. Seguramente sí lo tiene en otras partes del mundo, a otro precio, donde ha tenido gran demanda (es de hecho el vehículo eléctrico más vendido del planeta, con más de 400.000 unidades comercializadas). En cambio, el LEAF es un vehículo que podría concebirse como segundo o tal vez hasta tercer automóvil de una familia, lógicamente para quien tenga el poder adquisitivo de darse dicho lujo hoy en la Argentina. Para alguien que ya tiene un vehículo convencional para todo tipo de utilización y distancias, pero que en el día a día, para movimientos más cortos, apuesta por la movilidad eléctrica como una forma de innovar y de estar un paso adelante. Sería ésa la única justificación que hoy tendría una inversión de más de 60.000 dólares, aunque es justo aclarar que el LEAF debería costar en la Argentina un 25% menos. El impuesto interno que estableció el anterior Gobierno y que el actual no eliminó aún lo encarece en ese porcentaje. Insólito, porque por un lado el LEAF paga menor arancel de importación por ser un vehículo ecológico (el 2% en lugar del 35%), pero por otro lado el impuesto interno neutraliza aquel beneficio.
En definitiva, la experiencia de conducción del LEAF me pareció fantástica. En la Argentina, sólo había probado autos eléctricos en espacios cerrados al tránsito y recién ahora lo hice por primera vez en la vía pública en mi país. Y más allá de lo distintivo de la propulsión eléctrica, encontré en el LEAF un vehículo de elevada calidad (a nuestro mercado llega desde Inglaterra), gran equipamiento y correcta habitabilidad. Por esto pienso que, si el precio fuera más accesible, más de uno se pondría a hacer cuentas en serio… ¿Cuánto tiempo pasará para que tenga sentido tomar la calculadora? Sinceramente no tengo esa respuesta. ¿Cinco, diez, veinte años? ¿Llegaré a tiempo a hacer esa cuenta o quedará para mis hijos esa tarea?
Como sea, espero reencontrarme pronto al volante del Nissan LEAF, un vehículo innovador que marca la dirección del futuro de la movilidad, que aunque por ahora de forma algo simbólica, poco a poco empieza a ser una realidad también en la Argentina.
Probé el LEAF por 48 horas y completé más de 200 km entre autopista y ciudad.
Tremenda aceleración: de “0 a 100” en 7,9 segundos. Sí, y es 100% eléctrico.
Lo que ocurre es que en los autos eléctricos, la entrega de torque es inmediata.
Olvidate que es eléctrico: además el LEAF es un gran auto y de atractivo diseño.
Un hatchback de segmento C (mediano) concebido desde cero para ser eléctrico.
Derecha: enchufe para carga en WallBox; izquierda, carga rápida en surtidores.
La carga rápida en estaciones de servicio recupera hasta 80% en 40 minutos.
Axion colocó un puesto de recarga en Av. Del Libertador y Salguero, en Palermo.
“Cargador conectado”. Es tiempo de ir a tomar un café mientras se recupera carga.
Las luces azules parpadean y luego quedan fijas. Es como si cargaras el celular…
Como plan C, un cable de emergencia para enchufarlo directo a la red doméstica.
Lübel me capturó así, explorando lo nuevo. Claro, no busques la varilla del aceite…
El LEAF tiene un motor eléctrico de 147 CV y una batería de ion-litio de 40 kWh.
Interior moderno, de gran calidad percibida. Y claro, se fabrica en Inglaterra.
A la izquierda: 39% de batería y 101 kilómetros de autonomía restante. Nada mal.
Esto sería la “palanca de cambios”. Posiciones Directa, Neutral y Reversa. Muy fácil.
En modo Eco, la batería dura más al limitarse las prestaciones. ¡Pero igual acelera!
En celeste, e-pedal activado. Permite frenar a cero al levantar el pie del acelerador.
El LEAF cuesta USD 61.600, pero serían 45.000 si le sacaran el impuesto interno.
Acá todo normal: equipo multimedia moderno, con Android, Apple y hasta cámara.
Tapizados de cuero y buena posición de conducción. La insonorización es correcta.
Amplia habitabilidad trasera para dos adultos. Y obvio, con seguridad bien completa.
Acá estoy sentado detrás de mi “otro yo”. Me sobran varios centímetros de espacio.
Baúl de 435 litros, un buen tamaño. Plegando los asientos llega hasta 1.176 litros.
Siempre hay algo para criticar, claro. ¡Y cómo no hacerlo con el auxilio temporal!
Al menos al momento de utilizarlo, el LEAF no genera emisiones contaminantes.
Es un buen producto, pero solo para el que tiene muy buen poder adquisitivo y puede darse el gusto, de hecho hay 10 personas que lo compraron. Pero es exageradamente costoso, mas para un auto que en este momento no llegas ni a Dolores, salvo que vivas en Chascomus. Por 10mil verdes menos llegas a un Mondeo hibrido, no es totalmente electrico pero estas dentro del rango verde.
No tiene ni sentido siquiera comentar algo sobre este vehículo, es exageradamente caro, no tiene autonomía para andar en nuestro extenso país y no existen repuestos todavía en Argentina. Nissan solo lo trajo para exhibirlo, no lo va a comprar absolutamente nadie.
Excelente la prueba!!!!
En Uruguaynse lanza mañana yw veremos a que precio viene, por ahora lo electrico es muy caro, para uso citadino, lo ideal como 2do coche en cuidad, en resumen un capricho para algunos bolsillos.
No lo veo como alternativa para abaratar costos, en el futuro ojala cambie este panorama pero 61.000 dolares parece una locura.