Prueba de GPS: TomTom VIA 1600

Por Martín Egozcue
martin.egozcue@cars-magazine.com.ar

Con la democratización de la tecnología, los navegadores satelitales, mayormente conocidos como GPS (por Global Positioning System), se han convertido en dispositivos cada vez más utilizados por los automovilistas. Incluso, para algunos se trata de herramientas casi imprescindibles para movilizarse en el día a día, ya sea en la ciudad como en el ámbito suburbano. Hoy por hoy, hasta los taxistas porteños los utilizan como soporte y así, muchos le han dicho adiós a la tradicional Guía Filcar.

Como ocurre en otros rubros, como la telefonía celular, en el caso de los navegadores existen distintas marcas, diferentes modelos y presupuestos variados. Una de las últimas novedades en llegar al mercado argentino, sobre fines de 2012, fue el modelo VIA 1600 de TomTom, el fabricante holandés fundado en 1991, que hoy comercializa sus productos en más de 40 países. Sin duda, uno de los líderes mundiales en navegación y localización vehicular.

Importado por la firma Visuar S.A., y respaldado por una garantía de 12 meses, el TomTom VIA 1600 se comercializa en Argentina a $ 1.799 (IVA incluido), y así se posiciona como el producto tope de gama de la marca, por encima del VIA 1530 de $ 1.399. El software del VIA 1600 es propio de TomTom y la actualización trimestral está incluida en forma gratuita durante dos años.

Gracias a la gentileza de la agencia Burson-Marsteller, la redacción de CarsMagazine tuvo la oportunidad de probar el TomTom VIA 1600 durante varios días, como para experimentarlo y obtener algunas conclusiones acerca de su funcionamiento.

Lo más impactante del VIA 1600 es, sin duda, el tamaño de su pantalla. Con nada menos que 6 pulgadas (en el VIA 1530 son 5”), impresiona a primera vista, así como ocurre con esos smartphones que de tan grandes que son, ya casi parecen mini tabletas y no caben en el bolsillo. Hoy por hoy, no hay en oferta otro GPS con una pantalla tan grande como ésta en Argentina.

Lo que TomTom buscó con las 6 pulgadas fue mejorar la experiencia del usuario, básicamente con botones más grandes. Realmente es difícil equivocarse, incluso para quien tenga dedos gordos o sea algo tosco en el relacionamiento con el mundo táctil. Esta evolución en la interacción también se traduce en una mejora en seguridad, ya que se evitan distracciones e idas y vueltas entre el usuario y el dispositivo.

El diseño del VIA 1600 también se caracteriza por ser muy delgado, lo que hace que al quitarlo del parabrisas (se adhiere mediante una eficiente sopapa) no ocupe tanto lugar en la guantera del auto, cuando se prefiera guardarlo para no dejarlo a la vista.

La alimentación del TomTom VIA 1600 se realiza a través de un cable con toma de 12 volts, como en la mayoría de los navegadores, aunque en este caso también propone una ficha USB, que a su vez posibilita conectarlo a una computadora.

Durante la semana en que probamos el VIA 1600 no detectamos fallas de navegación y nos resultó amena la experiencia. La locución femenina, con acento español, es agradable y menos densa que en otras marcas de GPS que experimentamos oportunamente.

Un detalle diferencial de TomTom es que muestra en la pantalla las velocidades máximas permitidas en calles y rutas, aunque en algunos casos detectamos que no estaban actualizadas con total precisión, sobre todo en tramos de la Autovía 2.

En resumen, quien busque tener lo último en cuestión de navegadores satelitales, sin duda encontrará en el TomTom VIA 1600 un producto de alta gama, con la mejor funcionalidad del mercado. Aunque, por supuesto, a un precio elevado, que puede hasta duplicar el de aquellos modelos más convencionales.