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Opinión: Jeep Compass Limited Plus T270

Qué nos gustó y qué reclamamos al SUV mediano, ahora con el esperado turbo-nafta 1.3 de 175 CV. Análisis desde la versión tope de gama, de $8.142.000.

Por René Villegas
Fotos: Claudio Arena

> QUÉ NOS GUSTÓ <
+ Mejora mecánica en toda la gama + prestaciones (“0 a 100” en 10,2 segundos)
+ Reducción del consumo frente al anterior motor aspirado 2.4 litros Tigershark
+ Gran nivel de equipamiento, en confort y seguridad, incluyendo varias ADAS
+ Calidad de materiales y terminaciones, con entorno muy agradable en el interior
+ Nuevo y muy intuitivo sistema multimedia (lo mismo para el instrumental digital)
+ Sigue siendo una ventaja el auxilio homogéneo (pero cuidado con los robos…)

> QUÉ RECLAMAMOS <
– Que no disponga de tracción 4×4 en las versiones turbo-nafta T270
– En ocasiones la transmisión es lenta y el modo manual no termina siendo útil
– El rodado de 19” condiciona el confort de marcha (tal vez alcanzaría con 17”)
– Plazas traseras algo justas y baúl un poco chico (390 litros) para la familia

> PRESTACIONES + CONSUMOS <
Velocidad máxima:
190 km/h (dato oficial de fábrica)
Aceleración 0-100 km/h: 10,2 segundos
Elasticidad 80-120 km/h: 6,7 segundos

Consumo urbano: 10,6 litros/100 km
Velocidad promedio: 20 km/h
Autonomía: 566 km

Consumo a 100 km/h: 6,1 litros/100 km
Régimen: Dª a 1.800 rpm
Autonomía: 983 km

Consumo a 130 km/h: 8,5 litros/100 km
Régimen: Dª a 2.350 rpm
Autonomía: 705 km
* Todas las mediciones con instrumental GtechPro, a velocidades reales

> VERSIONES + PRECIOS <
Sport T270 AT6: $6.460.700
Longitude T270 AT6: $7.808.100
Longitude Plus T270 AT6: $ 7.996.600
Limited Plus T270 AT6: $8.142.000 (versión evaluada)
Trailhawk T350 TD AT9 4×4: $8.142.000
* Precios vigentes a junio 2022, según www.acara.org.ar

> FICHA TÉCNICA + EQUIPAMIENTO <
Para descargar, click aquí.

> EL ANÁLISIS <
Con casi cinco años de permanencia en el mercado regional, el Jeep Compass debió actualizarse, más incluso por la presión que en Brasil le representa ser el SUV más vendido. En la Argentina sus ventas también treparon, llegando a emparejar a las de su hermano más pequeño, el Renegade.

Si bien el motor 2.4 que Jeep supo utilizar en diversas generaciones de sus vehículos había sido intervenido por el grupo Fiat, con la adopción del sistema Multiair para su introducción en la gama Compass, el mismo no dejaba de ser el talón de Aquiles de éste SUV del segmento medio. Su elevado consumo, junto a prestaciones para nada sorprendentes para su potencia declarada, lo convertían en una opción poco seductora desde el punto de vista mecánico. A sabiendas de eso, para su primer rediseño la marca norteamericana apeló principalmente a renovar la mecánica de toda la oferta naftera, incorporando el motor Firefly de origen Fiat, con 1.3 litros y turbo.

Siendo uno de los SUV más atractivos del segmento medio, Jeep modificó poco y nada de la estética exterior. Más bien, realizó una actualización en términos tecnológicos, que incluyó entre otras cosas, ópticas delanteras con tecnología LED y nuevo entorno interior, incluyendo modernizadas interfaces. Además, trabajó en elevar la percepción de calidad interior, con la intención de ser más acorde al segmento al que pertenece.

Con respecto al anterior “Tigershark” 2.4 litros, la disminución de poco más de un litro de cilindrada representa incluso el incremento de un caballo de fuerza extra (pasando de 174 a 175 CV). Sin embargo, el mayor beneficio lo encuentra en el torque entregado por la nueva mecánica turboalimentada: olvida los 230 Nm a 3.900 revoluciones del 2.4, y pasa a 270 Nm a 1.850 rpm, una mejora considerable, y más aún cuando se pone de manifiesto en materia de eficiencia.

Si bien el anterior 2.4 entregaba prestaciones aceptables, en este caso las mismas demostraron números relativamente similares al acelerar, con un 0 a 100 km/h en 10,2 segundos (antes 10,1). En cambio, presentó una mejora notable en materia de elasticidad (reduce en promedio un segundo y medio en el 80 a 120 km/h), aunque tampoco es que se muestre picante, ya que se toma su tiempo para responder ante alguna solicitud del acelerador. De todas formas, hay algo que pierde la gama Compass: se trata de tracción integral en las versiones nafteras, algo que queda relegado únicamente para la configuración Trailhawk, con motor turbo-diésel.

Las cifras de consumo hablan de números más que razonables: en ciudad gasta poco más de 10 litros cada 100 kilómetros, respaldado gracias al sistema Start & Stop, que igualmente puede desconectarse mediante una tecla en la consola central. En ruta los consumos son controlados: las mediciones dieron 6,1 litros a 100 km/h, subiendo a 8,5 litros a 130 km/h, con la ventaja de una autonomía suficiente, gracias al tanque de 60 litros.

En términos dinámicos, el Compass se manifiesta franco, y en ello colaboran los neumáticos de 19 pulgadas, que junto con la suspensión trasera independiente lo ayudan a ofrecer un manejo muy eficiente en la ruta, transmitiendo sensación de control. En caminos de tierra, si bien emplea neumáticos Pirelli Scorpion Verde (que tienen una tendencia aventurera), tanto rodado (19”) como bajo perfil (45) se orientan mayormente a la ruta. Obviamente, en la ciudad no se sienten tan a gusto, y los mismos pueden ser los responsables de transmitir alguna que otra incomodidad.

Como dato extra, la rueda de auxilio es del mismo tamaño y con llanta de aleación: algo que prácticamente ya no se ve en ningún auto, y para lo que Jeep incluso debió trabajar, al diseñar un sistema antirrobo para la misma. En cuanto a los frenos, no sorprenden por su poder, a pesar de que tecnológicamente incluso disponga de avanzados sistemas de frenado autónomo de emergencia.

En la nueva gama, el Compass no gana demasiado en materia de diseño, pero algunos cambios hay. El principal radica en nuevas ópticas delanteras, que disponen de tecnología Full LED. Las mismas tienen un formato algo más compacto, mientras que se complementan con un nuevo paragolpes delantero, que incluye una zona de color negro brillante, que culmina en las luces rompenieblas (también con tecnología LED). Más allá del cambio en el diseño de las llantas en todas las versiones, el resto se mantiene sin modificaciones de importancia.

En el habitáculo radica la mayor novedad visible del Compass. Dispone de una plancha de abordo con nuevo diseño, que incorpora no sólo nueva multimedia, sino también una mejora en términos de texturas y materiales empleados. En esta configuración Limited Plus, la más sofisticada, se encuentran inserciones en símil cuero, con material suave en la parte superior de la plancha, e incluso apliques en tonalidad cromada oscurecida en la parte media. Todo esto le otorga una mejorada percepción tanto a la vista como al tacto.

Asimismo, el volante de dirección muestra el renovado y más minimalista logo de Jeep, mejorando su diseño y la distribución de los comandos. Sin embargo, por detrás del mismo aparecen las levas para el paso pseudo manual de la caja automática de seis velocidades, que son de un tamaño muy reducido.

La pantalla central, con el mejorado sistema multimedia Uconnect, pasa a ser de 10,1” (aunque continúa siendo de 8,4” en las Sport y Longitude), incorporando nuevas tecnologías, como conexión Android Auto y Apple CarPlay de manera inalámbrica. En general, el entorno resulta muy agradable y práctico, aunque no presenta el formato vertical que fue estrenado por la Fiat Toro a fines de 2021, lo que marca en cierta forma una diferenciación entre estos productos, que en definitiva se producen en la misma planta.

Algo similar sucede con el tablero de instrumentos, que en el caso del Compass está conformado por una pantalla de tamaño completo (10,2”), que ofrece diversas configuraciones de estilo y utilidad. Además, el manejo mediante las teclas del volante resulta intuitivo.

Si hablamos del espacio interior, el Compass no es un ejemplo en este sentido: las plazas traseras ofrecen espacio bueno para dos ocupantes, aunque la altura del cojín resulta escasa, por lo que las piernas no quedan en una posición demasiado cómoda. Esto para favorecer la altura libre al techo. Además, un pasajero central se verá en situación comprometida. Otro detalle negativo redunda en el baúl, que admite 390 litros de capacidad, con altura reducida debido al hecho de llevar la rueda de auxilio por debajo del piso.

El equipamiento de confort es otra de las claves de esta configuración tope de gama. Entre lo destacable, ofrece techo panorámico corredizo, tapizado de símil cuero, sistema de audio de alta fidelidad Beats, climatizador bizona con salidas de aire traseras, portón trasero con apertura eléctrica, sistema de estacionamiento automático “Parkassist”, función “Auto Hold” para la transmisión automática, cargador inductivo para smartphones, y butacas delanteras con reglajes eléctricos (aunque sin climatización).

Si vamos a la seguridad, la variante Limited Plus es la única con motor naftero T270 que dispone de ayudas a la conducción (ADAS), entre ellas control de velocidad crucero adaptativo, detector de fatiga, asistente de cambio de carril involuntario, sistema de pre-colisión con función de frenado autónomo, y airbag de rodilla de conductor para totalizar siete bolsas de aire.

Como ocurre hoy por hoy en la Argentina, los precios de lista no terminan de demostrar la realidad del mercado, ya que debido al faltante de unidades se suelen pedir sobreprecios. De lista, el Compass Limited Plus cuesta $8.142.000, con garantía de tres años o 100.000 kilómetros, un valor acorde al de sus rivales, pero que lo posiciona al borde de la segunda escala del impuesto al lujo. Por ello no hay mucha lógica, algo similar a lo que sucede con sus rivales más directos, como Volkswagen Taos o Toyota Corolla Cross, los otros dos exponentes del segmento producidos en la región.

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1 COMENTARIO

  1. Hoka consulto que nafta usa super o premiun.
    Ni en el manual ni en la tapa dice el octanaje minimo requerido.
    Lo consulto porque tengo la commander 1..3 t270 que tiene el mismo motor y tampoco lo dice. Gracias

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