Este automóvil deriva de los prototipos presentados en el Salón de Tokio de 2005 y en el Salón de Detroit de este año. Ahora en su versión definitiva, el Evo X parte de la base del también renovado Lancer, una plataforma global de la marca utilizada en modelos como el todoterreno Outlander y exportada también al Peugeot 4007 y Citroën C-Crosser.
Esta plataforma presenta una mayor rigidez (entre el 40 y el 60%) respecto de la del Evo IX, lo que proporciona más estabilidad y una mejor protección a ocupantes en caso de colisión, además de menores vibraciones que desembocan en un mayor confort de viaje.
Lo más llamativo del Evo X es su potente motor, de 4 cilindros, 2.0 litros, 16 válvulas y una potencia de entre 270 y 300 CV, dependiendo de los mercados. El par del motor es otro de los aspectos destacables de este deportivo, ya que alcanza una cifra considerable de 422 Nm a un régimen no excesivamente alto de 3.500 revoluciones.
El nuevo Evo X estará disponible, según versiones, con dos cajas de cambio: una manual de cinco marchas y otra automática-secuencial con seis marchas y doble embrague. Esta última, bautizada como “Twin Clutch SST”, es similar al DSG montado en el grupo Volkswagen, que permite tener dos marchas seleccionadas simultáneamente.
Otro detalle que caracteriza al modelo deportivo de Mitsubishi es la tracción integral, denominada “Super All Wheel Control”. Este sistema de tracción dispone de tres modos de actuación: Tarmac, para un pavimento mojado; Gravel, en caso de querer utilizar el vehículo por una pista; y Snow, cuando el asfalto apenas presenta adherencia.
