La primera generación del Mini Cabrio fue un éxito en ventas, con más de 160.000 unidades comercializadas en el lustro 2004-2008. A raíz de ese suceso fue que se decidió lanzar esta segunda versión del pequeño descapotable. Con este modelo, la familia de Mini crece a un total de tres integrantes: Mini, Mini Cabrio y Mini Clubman, a la que se agregará, en algún momento del próximo año, el Mini Crossover, una versión de tracción integral y mayor despeje respecto del suelo, exhibida en el último Salón de París.
Volviendo al Mini Cabrio, la estrella del vehículo es su capota de lona de accionamiento electrohidráulico que sólo demora 15 segundos en abrirse o cerrarse, una operación que puede realizarse con el auto en movimiento hasta 30 km/h. Como en la anterior versión, el Mini Cabrio mantiene su capacidad para cuatro pasajeros. En cuanto a la seguridad, más allá de los refuerzos en la estructura del vehículo y el primer parante, el Cabrio cuenta con airbags frontales, laterales y de cabeza, frenos con sistema ABS, control de tracción y control de estabilidad. Pero como se apuntó al comienzo, también incorpora una barra antivuelco oculta detrás de los asientos traseros, que sólo se activa electromecánicamente en caso de que el vehículo registre la necesidad de utilizarla.
Comparado con la primera generación, el nuevo Mini Cabrio es apenas un poco más largo, ya que mide 3,69 metros, con un ancho de 1,68 m y una altura de 1,41 (5 cm más bajo que el Mini tradicional). La distancia entre ejes es de 2,46 metros. Estas medidas permitieron un ligero aumento de la capacidad de carga del baúl, que creció 5 litros, hasta un total de 170 litros con la capota desplegada. Si se rebaten los asientos traseros, la capacidad crece hasta 660 litros, 55 litros más que en el anterior Mini Cabrio.
Mecánicamente se ofrecen dos opciones de impulsores nafteros, ambas de 1.6 litros. La primera entrega 120 CV (198 km/h de máxima y 9,8s de 0 a 100 km/h) y corresponde a la versión Mini One Cabrio. La segunda eroga 175 CV (222 km/h y 7,4s) para la variante Mini Cooper S Cabrio. En ambos casos, el equipamiento de serie incluye transmisión manual de seis marchas, aunque como opcional se puede pedir una caja automática. Para favorecer un consumo moderado de combustible y reducir emisiones, ambas versiones cuentan con un sistema de recuperación de la energía de frenado y un indicador del momento óptimo para realizar el pase de marchas.