Con apenas dos años de vida, la companía se afianzó en el sector de carga gracias a sus Constellation 19.320. Una empresa que crece de la mano de Volkswagen.
Juan Carlos González es todo un emprendedor. En tan sólo dos años, logró crecer en el mundo del transporte como pocos. Un avance que concretó gracias al rendimiento y la confiabilidad de los Volkswagen Constellation 19.320 y a la atención especial que le brinda el concesionario oficial Tauro Automotores.
Transporte “El Narigón” comenzó en 2012, producto del afán de González por hacer algo nuevo. La iniciativa nació camino a Buenos Aires, cuando llamó a un amigo transportista para consultarle dónde había comprado su camión Volkswagen.
“Llamé por recomendación a Tauro Automotores. Después que cerré las condiciones con Furlong y con el trabajo asegurado, me encontré con un representante del concesionario. Charlamos treinta minutos. En veinte nos conocimos, en diez le compré el camión”, rememora con una sonrisa, antes de agregar: “Me preguntó qué color quería, le dije amarillo, y al día siguiente fui al concesionario y cerramos la operación”.
Sin embargo, lo que le marcó el camino fue la gran verdad que le revelaron a González desde Tauro Automotores. Una frase que le quedó grabada en la memoria: el secreto está entre el volante y el asiento. “Fueron muy honestos. Sabían que lo mío no paraba ahí. A los diez días empecé a trabajar y a los dos meses ya les había comprado otro Volkswagen Constellation”, recuerda Juan Carlos.
Actualmente, los 19.320 unen Buenos Aires con Bahía Blanca y llegan hasta Río Gallegos. Los camiones completan entre 22 y 23 mil kilómetros mensuales, lo que equivale a un viaje y medio por semana o seis por mes. “Viajar a la Patagonia tiene sus ventajas. El diesel es más barato, por eso cambié los tanques originales por unos más grandes. También hemos regulado la velocidad de marcha. No dejo que los camiones se pasen de los 85 km/h”, asegura.
La reciente inauguración del Centro Logístico de Transporte “El Narigón” no hace más que confirmar su decisión de involucrarse más y más en la industria. En un predio de una hectárea y media totalmente iluminado, levantó una infraestructura que abarca desde oficinas hasta un galpón de 450 m2, además de una gomería propia. También cuenta con un lavadero y un área de soldadura para acondicionar las bateas, lo que permite bajar los costos y generar más trabajo para los locales.
González quedó impactado con los Volkswagen Constellation desde la primera vez que se cruzó con uno de ellos en la ruta. La decisión de incorporar los 19.320 a su flota radicó en las condiciones que las unidades deberían afrontar en las rutas del sur: viento, desniveles, máxima potencia. Y tras la inauguración de su centro logístico en Urdampilleta, su pueblo natal, no se conforma: apuesta a seguir sumando camiones Volkswagen a su flota.