Si no convencen sobre su viabilidad, las cantidades anticipadas deberán ser reembolsadas y otros 7.000 millones de dólares suplementarios prometidos serán anulados, algo que no es más que el guión de una quiebra. Según fuentes próximas al caso citadas por Wall Street Journal el sábado, GM incluye esa posibilidad en su plan: cuenta con pedir fondos suplementarios o, si llega el caso, una garantía federal si se coloca bajo el régimen de protección de quiebras estadounidense, que permite la reestructuración bajo ciertas condiciones.
Pero la opción de la quiebra es políticamente muy delicada frente a potenciales supresiones de empleos –hasta 3 millones de puestos directos e indirectos–, en momentos en que la crisis económica ya destruyó millones de empleos en Estados Unidos. GM y Chrysler multiplicaron sus anuncios recientemente, dando la impresión “de resistir para mostrarle al gobierno que toman decisiones y exploran alternativas”, resumió Micaela Krebs, analista de Edmunds, según consignó la agencia AFP.