Dentro de los modelos de fabricación regional, Jeep destaca al refinamiento como el gran atributo del nuevo SUV de siete plazas. Lo explica Pablo García Leyenda.
Por Patricia Osuna Gutiérrez
El Jeep Commander, el nuevo SUV de siete plazas de la marca estadounidense, acaba de lanzarse en la Argentina (ver más aquí). Un producto fabricado en Brasil, que comparte plataforma y mecánica con el Compass, pero que se destaca no sólo por su tercera fila de asientos, sino por el refinamiento y la calidad de sus materiales. Y ése, justamente, es uno de los principales atributos que Jeep busca subrayar del nuevo modelo. “Commander es el SUV más Premium entre los de producción regional”, sostuvo Pablo García Leyenda, director comercial de Jeep en la Argentina. A continuación, la entrevista completa con CarsMagazine.com.ar.
– ¿Qué aspectos comparten y en qué se diferencian el Commander y el Compass?
– Ambos modelos comparten la motorización 2.0 turbodiésel de 170 CV, la caja automática de nueve velocidades y la plataforma fabricada en Pernambuco, Brasil. Con el Commander, Jeep vuelve al segmento D-SUV con un producto de origen Mercosur luego de muchos años. Recordemos que en los ‘90 se vendió la Cherokee fabricada en Córdoba. Entonces, si bien ahora desembarcamos en otro segmento, es otra vez con producción regional. Este es un nicho donde reinan las motorizaciones diésel y las tres filas de asientos. Como grupo de marcas, durante muchos años ofrecimos la Dodge Journey, con tres filas de asientos. Ahora de la mano de Jeep y el Commander, desembarcamos nuevamente en ese nicho. El Commander es además el SUV más Premium y sofisticado de producción regional. No hay otro con este nivel de terminaciones y equipamiento en el mercado de este origen. Y la prueba está en que lleva la insignia Overland. Con el Commander, por primera vez el concepto Overland sale de los Estados Unidos para desembarcar en Pernambuco, Brasil, y poder homologar un vehículo como Overland. No es un tema menor. No hay otro modelo de Jeep que se fabrique con la sigla Overland fuera de las plantas norteamericanas, y eso es un hito para nuestra región.
– ¿Cómo se conforma el segmento donde compite el Commander?
– Hay un claro dominador en el segmento de siete plazas (N de la R: no lo menciona, pero se refiere tácitamente al Toyota SW4) y tiene que ver con los atributos de producto, pero sobre todo, con la producción local, el abastecimiento y la disponibilidad, en un segmento que tiende a crecer. Por su parte, Commander viene a aportar al segmento, no a rivalizar. Es una alternativa nueva para el cliente y hará que el segmento SUV siga creciendo. Hablamos de un mercado donde la demanda sigue siendo mayor que la oferta.
– ¿Cuál es el perfil del cliente de Commander?
– Es muy variado. Primero está Jeep como marca, un imán que atrae desde diferentes perfiles de usuarios. Algunos me preguntan si será un sustituto de la Grand Cherokee. No está pensado como tal, pero potencialmente es una alternativa para esos usuarios por cuestiones de disponibilidad. Por una cuestión de divisas para importar, hoy estamos focalizados en Renegade, Compass y Commander. Allí tenemos abastecimiento regional, previsibilidad y competitividad en precio. Y en el caso de Renegade y Compass, también tenemos la responsabilidad sobre la cartera de Plan de Ahorro, para cumplir con los compromisos previamente asumidos. Entonces sí, el Commander captará clientes dentro de la propia marca Jeep, con el agregado de la tercera fila. Gracias a esto último, abarca un público más amplio desde lo funcional. Sirve para familias numerosas y también se valora como un incremento de la categoría del modelo.
– Entre las dos versiones, Limited y Overland, hay una diferencia de casi $1.800.000 en el precio. ¿Eso es producto de los impuestos internos?
– Sí, es una locura. La decisión se pensó mucho. Queríamos ofrecer las dos versiones (N de la R: Limited y Overland, en $7.410.000 y $9.190.000 pesos, respectivamente). La versión Overland es el tope de gama de la categoría de la marca Jeep, y es muy apreciada por el cliente, por usuarios de Grand Cherokee que conocen y saben de qué se trata. No es sólo un diseño de llanta más grande, sino que implica ciertas terminaciones y sofisticación superiores. Y al ser Brasil la primera fábrica que otorga la insignia Overland fuera de los Estados Unidos, nos pareció importante ofrecerla. Y por debajo, está la versión Limited, que está “topeada” antes de la segunda escala del impuesto interno. Entonces, el salto radical en el precio no se genera por equipamiento o por rentabilidad para la marca, sino por la distorsión que genera el impuesto. La decisión fue que pueden convivir las dos versiones. Es distorsivo, pero no es algo que hoy podamos modificar. Esperamos, con todo esto, un mix de ventas con 70% de Limited y 30% de Overland, pero veremos qué ocurre en los próximos meses, porque el cliente Jeep, históricamente, demanda la versión tope de gama…
– Pasando a aspectos más técnicos, el Commander cumple la normativa Euro 6 de emisiones y requiere carga de urea. ¿Cómo instruirán a los clientes en ese aspecto?
– El sistema es muy simple. Quienes conocen los vehículos de transporte están acostumbrados y saben que en todas las estaciones del país se encuentra la urea (N de la R: el aditivo que se carga en un tanque adicional para reducir las emisiones al medioambiente, bajo el sistema de reducción catalítica selectiva, conocido como SCR). Es un elemento incoloro, inodoro, que no es inflamable; y lo más importante: reduce el impacto ambiental en las emisiones. Es verdad que tendremos que hacer mucha docencia desde el concesionario en el momento de la entrega y los servicios, donde se hará una recarga de urea. Es algo que ya venimos haciendo con el Compass Trailhawk y el resto de los modelos de Jeep que comienzan a requerir urea.
– El tanque de urea del Commander carga 13 litros. ¿Qué autonomía ofrece y cómo se realiza la recarga?
– Nos condiciona como mercado, comparado con Brasil, que allá hay surtidores de urea y acá aún se trabaja con bidones. Esto no significa que el usuario argentino tenga que guardar bidones en el baúl, ya que un tanque de urea, una vez cargado, genera una autonomía de 6.000 a 8.000 kilómetros, según el estilo de conducción del usuario. El Commander comienza a emitir advertencias 2.000 km antes de requerir una recarga de urea. Se encienden distintas alertas que van anticipando la reducción de la autonomía de urea, pero no es algo que se precipita, no ocurre de golpe.
– Está claro, pero supongamos que un usuario no presta atención a las advertencias y consume toda la urea. ¿Qué ocurriría en esa instancia?
– Si después de una cantidad muy importante de advertencias que brinda el vehículo sobre la autonomía de urea, el usuario llegara al poco probable escenario de quedarse sin aditivo en el tanque, el Commander se coloca en modo “espera” hasta poder recargar, sin continuar la marcha. Las alertas se intensifican a medida que disminuyen los kilómetros de autonomía y no se detienen hasta que se realizar la recarga. No es que el vehículo sigue en marcha, pero contaminando. Si no tiene urea, no funciona y hay que recargar.
– Por último, ¿qué otras novedades tendrá Jeep en 2022 en la Argentina?
– Estamos esperando el lanzamiento del Nuevo Renegade con la motorización turbo-nafta 1.3 litros para el segundo trimestre del año. Se trata de una actualización, de un restyling del Renegade, en la mitad de su ciclo de vida (ver más aquí). Al margen de eso, pero sin fecha concreta, analizamos la llegada de la nueva Grand Cherokee (ver más aquí).