Tiene un diseño similar al de la F-150, suma equipamiento, incorpora nuevos motores y renueva el chasis para una mejor experiencia de conducción.
Luego de varias filtraciones y algunos adelantos oficiales, la nueva generación de la Ford Ranger se dio a conocer a cara lavada en Australia, país en el que la marca del óvalo centró el proceso de desarrollo de la pickup, con diseñadores e ingenieros especializados en este tipo de vehículos. “Es la Ranger más resistente y capaz que jamás hayamos creado”, prometen.
La nueva Ford Ranger comenzará a comercializarse en distintas partes del mundo en 2022 (Estados Unidos, Asia y Europa), pero a la Argentina llegará recién en 2023. Ese año ingresará a la línea de montaje de Pacheco, provincia de Buenos Aires, fruto de una inversión de 580 millones de dólares. Y desde allí se exportará a distintos mercados de América Latina.
En relación con el modelo actual, cambia prácticamente todo: chasis, diseño, equipamiento y motorizaciones, con el objetivo de mantenerse competitiva en los más de 180 países donde se vende. Ford asegura que es “más inteligente, capaz y versátil” que la Ranger anterior; es decir, la que todavía se vende.
Luego de más de cinco mil entrevistas y decenas de talleres con clientes para entender qué esperaban de la nueva Ranger, Ford decidió otorgarle un diseño más audaz y acercarla visualmente a la F-150 (ver aquí), la full-size pickup. Eso se nota principalmente en la nueva parrilla y los faros frontales de Led en forma de C, además de los pasos de rueda más robustos.
El interior es “similar al de un auto de turismo”, dice la marca del óvalo, y cuenta con materiales suaves al tacto “de primera calidad”. Además, incorpora una pantalla táctil central de 10,1 o 12 pulgadas (según la versión) en posición vertical con el característico sistema de conectividad y entretenimiento SYNC4 de Ford. Se combina con la cámara de visión de 360 grados.
Algunos de los controles se trasladaron de la consola a la pantalla central. Así, con tan sólo pulsar un botón los conductores pueden acceder a los modos de conducción y todoterreno, donde supervisan el motor, el ángulo de la dirección, los ángulos de inclinación y el balanceo del vehículo.
Estructuralmente se destacó que la nueva carrocería tiene “un chasis mejorado” con una distancia entre ejes 5 centímetros más larga y una trocha 5 centímetros ensanchada en relación con su antecesora.
Al tope de la gama habrá un motor turbo-diésel 3.0 litros V6, para el cual incorpora una estructura frontal hidroformada que crea espacio en el vano motor, además de preparar la pickup para futuras versiones electrificadas. Es una de las tres opciones turbo-diésel disponibles en el lanzamiento.
Los otros dos serán un turbo-diésel 2.0 litros y un biturbo-diésel 2.0 litros, ambos de cuatro cilindros en línea. También habrá un motor naftero 2.3 litros. Por ahora, para ninguna de las opciones se reveló el caballaje. Las cajas serán automáticas de diez marchas, o automáticas o manuales de seis. Y la tracción podrá ser 4×2 o 4×4, con reductora en algunas versiones.
Ford explicó que los ingenieros desplazaron las ruedas delanteras 5 centímetros hacia adelante para conseguir un mejor ángulo de aproximación y hacia afuera para mejorar la articulación fuera del asfalto, lo que ofrece una experiencia off-road superior. También se desplazaron los amortiguadores de la suspensión trasera hacia el exterior de los raíles del bastidor para ofrecer una mejor experiencia de conducción.
