En una entrevista publicada en Canadá, el administrador delegado de Fiat, Sergio Marchionne, presionó a los sindicatos de Chrysler en Estados Unidos y Canadá para que lleguen a un acuerdo y dejó entrever la posibilidad de retirarse. El hombre que enderezó Fiat podría ser designado director general de la casa estadounidense si la alianza se realiza. La administración estadounidense dio plazo hasta finales de abril a Chrysler para firmar un acuerdo definitivo con Fiat.
El gobierno del presidente Barack Obama considera que las tecnologías ecológicas y las plataformas para automóviles pequeños y medianos que ha desarrollado la casa italiana pueden tener un papel clave en la reconstrucción de una relación sólida entre el grupo Chrysler y el consumidor estadounidense. Los dos constructores de automóviles firmaron en enero un acuerdo preliminar que permite a Fiat entrar en el capital del gigante estadounidense, al borde de la quiebra, con una participación del 35%.