CarsMagazine viajó a Madrid para conducir la versión eléctrica del sedán del rombo, uno de los modelos de la gama Z.E. (por “cero emisión”) de la marca francesa. Sensaciones al volante de un vehículo que podría marcar el futuro de la movilidad…
CarsMagazine probó el Renault Fluence Z.E. durante toda una tarde en las afueras de Madrid.
Por Martín Egozcue (especial desde Madrid, España)
martin.egozcue@cars-magazine.com.ar
Nunca antes había percibido tan intensamente el ruido de las gotas de lluvia sobre el techo. Hasta robó parte de mi atención la resonancia y el movimiento de los limpiaparabrisas. Son los únicos sonidos que me rodean… Acelero y el auto me responde al instante. El asfalto está mojado y la entrega de potencia es tan inmediata, que cuando arranco se activa el control de tracción. Me olvido por completo de la caja de velocidades. Manejo un vehículo con transmisión directa, sin relaciones, que avanza con asombrosa suavidad… El motor no genera el más mínimo ruido. Y tampoco contamina, claro. Sí se percibe una especie de silbido cuando se toma mayor velocidad, pero creo que no proviene del impulsor, sino del propio rodamiento del coche. Parece el sonido de un avión a la distancia. Por supuesto, no estoy al volante de un vehículo convencional, eso ya está claro a esta altura. Todo esto lo estoy experimentando mientras conduzco, en las afueras de Madrid, el Renault Fluence Z.E., la versión 100% eléctrica del sedán mediano de la marca francesa que ya se vende en Europa. Un automóvil que, tal vez, algún día también llegue a la Argentina. Pero sobre eso les contaré en una próxima entrega…
El símbolo Z.E. que identifica a la gama “Zero Emission”. A ello apuestan desde Renault.
Gracias a la gestión conjunta de Renault Argentina y Renault España, CarsMagazine tuvo la oportunidad de concretar un contacto exclusivo con el Fluence Z.E., uno de los integrantes de la gama Zero Emission (cero emisión) del rombo, que representa la visión de la automotriz francesa sobre el futuro de la movilidad. Probamos el Fluence Z.E. durante toda una tarde en las afueras de Madrid, tras retirar la unidad en las oficinas comerciales de Renault España, en la zona de Mirasierra, al norte de la capital española. Fue una experiencia totalmente distinta, en la que ensayamos cómo podría llegar a ser la conducción de un automóvil en el futuro.
Para alojar la batería, el Fluence Z.E. creció 13 cm en largo sobre el modelo convencional.
Lo apuntamos al comienzo: el Fluence Z.E. no hace ruido y, mucho más importante aún, no genera ningún tipo de emisión contaminante. Es un vehículo 100% eléctrico, propulsado por un motor que entrega el equivalente a 95 caballos. Una potencia nada despreciable, que le permite alcanzar una velocidad máxima (limitada electrónicamente) de 135 km/h, con una aceleración de “0 a 100” en 13 segundos. Prestaciones totalmente respetables por el tipo de vehículo en cuestión. Además, su torque máximo (momento de mayor empuje) llega nada menos que a 226 Nm; y además, se obtiene al tope en forma inmediata. Con sólo pisar el acelerador, el Fluence Z.E. responde sin titubeos, entregando muy buenas reacciones para movilizarse en el tránsito urbano e incluso, para los sobrepasos.
El motor eléctrico entrega 95 CV y se alimenta con una batería recargable de ión-litio de 22 kWh.
Aquí no hay tanque de combustible que llenar. Se acabó la nafta (la gasolina, como dicen por aquí en la Madre Patria). El motor se alimenta con una batería de ión-litio de 22 kWh, ubicada justo detrás de los asientos traseros. Eso implicó perder parte de la capacidad del baúl, que de todas formas ofrece 317 litros y permite cargar un par de valijas. Para compensar el espacio sacrificado allí, el Fluence Z.E. es 13 centímetros más largo que el modelo térmico, que conocemos muy bien en la Argentina, donde también se lo fabrica. El Fluence Z.E. se produce en Turquía y ya se vende en casi toda Europa. Un dato clave es que la batería se entrega en alquiler, a un costo mensual de 82 euros. Según sostienen desde Renault, en términos de consumo termina siendo más económico afrontar ese gasto de alquiler junto al de la energía eléctrica, que lo que implicaría cargar regularmente combustible en el modelo tradicional.
El Fluence Z.E. no hace ruido y así genera atípica sensación. Sólo escuchamos el de la lluvia…
Ahora bien, ¿cuánta distancia podemos recorrer? ¿Qué pasa si nos quedamos sin energía? La autonomía es, definitivamente, el gran desafío de los vehículos eléctricos. Por ahora no existe ningún modelo que supere los 200 kilómetros, lo que claramente limita las posibilidades de utilización fuera de las ciudades. En el caso del Fluence Z.E., oficialmente se declara una autonomía de 160 kilómetros en ciclo mixto. Pese a eso, cuando llegó el momento de comenzar la prueba nos insistieron primero en que no superáramos los 120 kilómetros, y finalmente nos sugirieron que regresáramos al cabo de 100 kilómetros… Desde luego, partimos con la carga completa. “¿Qué pasaría si por error nos quedáramos sin batería, detenidos en el camino?”, preguntamos, con cierto temor. De habernos ocurrido eso, Renault España ofrece un servicio de remolque al instante para los clientes de vehículos Z.E.
Una de las dos formas de recargar la batería es mediante un tomacorriente hogareño.
A esta altura se estará preguntando de qué forma se recarga la batería del Fluence Z.E. La metodología, similar a la que se aplica en el resto de la gama de eléctricos del rombo, es más sencilla de lo que podría imaginarse. Hay dos formas de recarga. La primera, que Renault denomina “Estándar”, consiste en conectar el vehículo a un tomacorriente hogareño con un cable que se provee de fábrica. En cuestión de 6 a 8 horas, el Fluence Z.E. habrá recuperado el 100% de su carga. Sí, como si fuera un celular que dejamos cargando por la noche en la mesita de luz… Otra alternativa es realimentar el vehículo en los dispositivos de carga públicos que, poco a poco, se irán instalando en los estacionamientos de ciudades europeas. Pero todo es un proceso muy lento. Justamente, los altos costos de generar la infraestructura para las cargas públicas, junto a la complejidad en la gestión de las redes eléctricas, implica hoy el mayor freno para el desarrollo de este tipo de movilidad. Y eso ocurre, por si no quedó claro, nada menos que en el Primer Mundo. Por esa razón, distintos estudios de mercado indican que los autos eléctricos no implicarán más del 15% de las ventas mundiales de 0 Km hacia 2025.
En estos bolsos, Renault provee los cables y conectores para realizar la recarga de la batería.
Con el tiempo, está previsto también que las principales ciudades europeas comiencen a instalar estaciones para el cambio de batería. Allí, mediante el proceso denominado “Quick Drop”, será posible reemplazar la batería vacía por una de carga completa en apenas tres minutos. Israel y Dinamarca serían los primeros países en poner en funcionamiento dichas estaciones, que podrían reemplazar, en un futuro lejano, a las estaciones de servicio tal como las conocemos en la actualidad. Finalmente, también se prevé que a futuro se desarrollen en Europa puestos de carga rápida en la vía pública, que permitirían recuperar, en menos de 10 minutos, hasta 50 kilómetros de autonomía, o bien el 80% de carga de la batería en 30 minutos de conexión.
A la izq., donde en un auto térmico estaría el cuentavueltas, el indicador de carga de batería.
En Renault han prestado especial atención a la forma en que el conductor recibe toda la información referida a la autonomía, el consumo instantáneo y la carga de la batería. “Toda la información debe ser legible y previsible”, señalan. Así, los vehículos de la gama Z.E. están dotados de una Interfaz Hombre-Máquina (IHM) que contempla, entre otros, un indicador de carga de batería y un económetro que mide el nivel de consumo de energía (si llega a la zona roja, significa que la demanda es alta y que estamos conduciendo de forma ineficiente). Además, la IHM incluye una computadora de abordo adaptada a las características del vehículo, y un navegador de la firma Tom Tom que integra funciones sobre autonomía y muestra información sobre estaciones de carga disponibles.
Los vehículos Z.E. gozan de estacionamiento libre y gratuito en Madrid. Otro gran atractivo.
La pregunta del millón es, seguramente, cuánto cuesta un Renault Fluence Z.E. En España, el precio de lista de la versión más accesible es de 26.000 euros. Sin embargo, el Ministerio de Industria de ese país decidió otorgar subvenciones de 6.000 euros a quienes vayan a adquirir un vehículo eléctrico. Dicha posibilidad estará vigente hasta el 30 de noviembre de 2012. De esa forma, el precio final de un Fluence Z.E. sería hoy de 20.000 euros. No es una cifra descabellada frente a los 17.200 euros que cuesta el Fluence térmico más accesible.
A punto de retirar el Fluence Z.E. en las oficinas de Renault España, en las afueras de Madrid.
Por último, a fin de fomentar el desarrollo de la movilidad eléctrica (y así reducir la contaminación), los vehículos eléctricos, como el caso del Fluence Z.E., gozan de estacionamiento libre y gratuito en Madrid y sus alrededores, incluso en aquellos “parking” reservados exclusivamente a los residentes de la zona. Es otra forma de intentar acercar a los consumidores a los vehículos eléctricos, que según sostienen en Renault, son “la solución definitiva para la movilidad sustentable a largo plazo”. Tan convencidos están de ello, que la marca francesa ha sido la primera en lanzar no un modelo individual, sino una gama de vehículos, integrada hoy por el Fluence, Twizy, Kangoo Furgón y Zoe. ¿Será ése, definitivamente, el futuro del automóvil?
VIDEO – RENAULT FLUENCE Z.E.
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[…] intentar materializarlo en el mediano plazo.Después de probar en España el Fluence ZE (ver nota aquí), la versión 100% eléctrica del sedán del rombo, fuimos hasta las oficinas de Renault Argentina […]
[…] Los modelos que Renault Argentina entregará a empresas y organismos durante 2014 serán el Zoe, un hatchback compacto de perfil citadino, y el Kangoo, un utilitario pensado para el transporte urbano de mercaderías. En cambio, no será el caso del Twizy ya que por estar considerado como cuadriciclo no se puede homologar para su utilización en la vía pública en nuestro país. Sin embargo, si podría conducirse, por ejemplo, en barrios cerrados. El cuarto modelo que hoy integra la familia Z.E. de Renault es el Fluence, que CarsMagazine probó en exclusiva en mayo de 2012 en Madrid (ver aquí). […]