Ya habíamos probado en pista la tercera generación de la coupé deportiva. Ahora llegó el momento de hacerlo en el día a día, en la ciudad. ¿Qué tal resulta allí?
Por Martín Egozcue
martin.egozcue@carsmagazine.com.ar
La flexibilización del comercio exterior para la industria automotriz permitió que las marcas Premium pudieran recomponer su oferta de productos en el mercado argentino. Nuevos modelos que se habían presentado en Europa entre 2014 y 2015 no habían podido lanzarse aún en el país. Pero a partir de 2016, con la reducción del impuesto interno y la normalización del proceso de importación, el segmento de lujo comenzó a actualizar su portafolio de productos. Y el Nuevo Audi TT, la tercera generación de la coupé deportiva de la marca alemana, fue uno de los vehículos que finalmente pudo desembarcar en Argentina, precisamente en noviembre del año pasado.
Después de una prueba en el Autódromo de Buenos Aires, cuando se presentó oficialmente a la prensa (ver aquí), CarsMagazine.com.ar volvió a tomar contacto con el Nuevo TT, ahora con la idea de evaluar su desempeño en el uso cotidiano, ya sin la búsqueda del límite que perseguimos durante aquel test drive en el circuito N° 5 del “Oscar y Juan Gálvez”. En definitiva, tratamos de entender cómo se comporta el Nuevo TT en el día a día, en la ciudad y también en la ruta.
Parece increíble, pero el TT es un modelo que ya tiene casi 20 años de vida. En efecto, la primera generación se lanzó en 1998, la segunda en 2006, y esta última en 2014. El Nuevo TT, si bien conserva el formato característico del modelo, propone líneas algo más rectas en el frente y en otros ángulos de la carrocería.
Fabricado en Hungría y ahora basado en la plataforma modular MQB del Grupo Volkswagen, el Nuevo TT también modificó levemente sus dimensiones: 1 cm más largo (4,19 m), 3 cm más amplio entre ejes (2,50 m) y 1 cm más angosto (1,83 m), manteniendo su altura en 1,34 metros. Además, su peso se redujo entre 30 y 65 kg, según versión, frente a la generación anterior, gracias al empleo de aluminio en varias partes del vehículo.
El Nuevo TT se ofrece en Argentina en dos versiones: TT Coupé, con tracción delantera y 230 CV, por USD 67.700; y TTS Coupé, con tracción integral, 310 caballos y equipamiento superior, por 97.800 dólares. Esta última fue la que evaluamos en CarsMagazine.com.ar, con la coincidencia que se trató de la misma unidad en color rojo que ya habíamos probado en el autódromo porteño.
En la versión TTS, la motorización naftera turbo TFSI de 2.0 litros genera 310 CV a 5.800 rpm y un par motor de 380 Nm, disponible desde apenas 1.800 rpm y en forma constante hasta 5.700 rpm. Acoplado a una transmisión automática S tronic (doble embrague) de seis velocidades y levas al volante, las prestaciones son contundentes: apenas 4,6 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h y 250 km/h de velocidad máxima, limitada electrónicamente.
Como apuntamos, la versión TTS incorpora tracción integral quattro, que se activa cuando el vehículo detecta una pérdida de adherencia en el tren delantero, enviando par motor al eje trasero. Sin embargo, cuando se utiliza el modo de conducción Dynamic (uno de los que propone el sistema Audi Drive Select, además de “Efficiency”, “Comfort”, “Auto” e “Individual”), el TT trata de enviar la mayor cantidad de potencia al tren posterior, para asemejar su perfil a un vehículo de tracción trasera.
Dinámicamente, el TT es un deportivo de comportamiento muy neutro (ni sobrevirante, ni subvirante), de poca inclinación de carrocería ante la exigencia, y relativamente fácil de llevar al límite. Todas virtudes incrementadas en esta nueva generación debido al aumento de la distancia entre ejes y la reducción de los voladizos.
Desde luego, aquel desempeño en la pista se logra gracias una puesta a punto de la suspensión y un despeje bien reducido sobre el suelo que lógicamente sufrirán en caminos irregulares o a la hora de sortear baches, lomos o cunetas (donde tampoco ayudará el rodado de 18 pulgadas con neumáticos de perfil “40” de la versión TTS). Pero está claro, la realidad vial de nuestro país no es un problema del Audi TT… De todas formas, el confort de marcha en el día a día, sobre todo si se utiliza el modo “Comfort” del Audi Drive Select, es aceptable considerando la concepción del vehículo. Como parámetro, el TT es, por ejemplo, mucho más confortable en una calle empedrada que un MINI Cooper.
En equipamiento, el TT también presenta una evolución respecto del modelo anterior. Las novedades más destacadas son la asistencia al estacionamiento trasero, conectividad Bluetooth, luces delanteras de Xenón Plus, paquete de conectividad multimedia, nuevo volante multifunción y el Audi Virtual Cockpit. Este último engloba, en una pantalla de 12,3 pulgadas ubicada detrás del volante, toda la información que requiere el conductor, incluyendo hasta la visualización del GPS, y prescindiendo así de una pantalla en la consola central.
Como señalamos al comienzo, la versión TTS no sólo ofrece más potencia y tracción quattro, sino diferenciales de equipamiento. Así, agrega sobre lo anterior dispositivos como Audi Magnetic Ride, que permite regular la dureza de la suspensión; y el mencionado Audi Drive Select, para elegir distintos modos de conducción que modifican la respuesta del acelerador, la transmisión y la dirección. También, el TTS se diferencia por el rodado de 18 pulgadas con neumáticos en medida 245/40 R18 (el auxilio es temporal, de dimensiones reducidas).
Pero hay más… Porque la versión TTS también suma, sobre la TT, un equipo de audio Bang & Olufsen (de exquisita fidelidad sonora), faros de LED delanteros y traseros, sistema de navegación MMI Plus, y retrovisores exteriores calefaccionados y rebatibles eléctricamente, entre otros.
Por su concepción y diseño, el Audi TT no tiene hoy rivales directos en Argentina. Más allá de algún intento de imitación por parte de marcas generalistas años atrás (Peugeot RCZ, ya discontinuado), el TT se ha mantenido como un vehículo único en su tipo, que supo conjugar un diseño original con elevadas prestaciones y dinámica deportiva. Y más allá de que sea en la pista donde mejor desarrolla su potencial –y por ende, más se lo disfruta–, no deja de ser un deportivo que, con los recuados necesarios, puede utilizarse aceptablemente en el día a día.
