Por Martín Egozcue
martin.egozcue@cars-magazine.com.ar
Días atrás tomamos contacto con el Audi Q3, el último nuevo modelo en incorporarse a la oferta de la marca alemana en Argentina, lanzado en octubre de 2012. Se trata de un SUV compacto, de perfil urbano, que se posiciona por debajo del Q5. Durante una semana lo evaluamos en la ciudad y la ruta, y a continuación te brindamos nuestras impresiones…
Por el momento, el Q3 se ofrece en Argentina en tres versiones, todas con tracción integral quattro. Las opciones de motorización son el naftero 2.0 TFSI, que puede entregar 170 ó 211 caballos. A su vez, las alternativas de transmisión son manual de 6 velocidades o automática S tronic de 7 marchas. Con garantía de 3 años o 90.000 kilómetros, los precios de la gama van desde USD 54.200 hasta USD 61.200.
En CarsMagazine probamos la versión tope de gama del Q3; es decir, la del motor de 211 CV y la caja S tronic de doble embrague. Además, la unidad evaluada disponía de opcionales de equipamiento (entre ellos, el Paquete Progressive y el Paquete Cuero), que elevaban el precio final hasta USD 74.350.
Fabricado en España, en la planta de Martorell, en Barcelona, el Q3 marcó el ingreso de Audi a un nuevo segmento, donde compite, entre otros, frente al BMW X1 y el Mercedes-Benz GLK. El Q3 deriva del concept Cross Coupe 2007 y fue desarrollado sobre la plataforma del A3 (no la nueva generación que está por llegar al país, sino la anterior).
En dimensiones, el Q3 resulta nada menos que 24 centímetros más corto que el Q5. De ese modo, es más compacto y fácil de maniobrar, sobre todo en la ciudad. Justamente, Audi describe al Q3 como un SUV urbano, además de resaltar otras virtudes como su versatilidad y deportividad.
Concretamente, el Q3 acusa 4,38 metros de largo, 1,83 m de ancho y apenas 1,59 m de altura, con una línea de techo que presenta cierto aspecto de coupé, su principal diferencia estética con el Q5, su hermano mayor. La distancia entre ejes es 2,60 m, lo que proporciona muy buena habitabilidad trasera considerando que es un modelo compacto.
Sin duda, uno de los mayores atributos de la versión que probamos es el conjunto motor-transmisión. El impulsor 2.0 TFSI se caracteriza por una generosa entrega de potencia y torque en todo su rango de utilización. El par motor máximo, de imponentes 300 Nm, se mantiene parejo entre 1.800 y 4.900 rpm, mientras que la potencia alcanza su pico máximo justo después, entre 5.000 y 6.200 rpm. Traducido: el impulsor empuja con contundencia en cualquier situación y siempre en estrecha sintonía con la fantástica transmisión automática S tronic de 7 velocidades.
Este tipo de transmisión permite un pasaje súper veloz de las marchas, sin pérdida del flujo de potencia, gracias a que posee dos embragues. De ese modo, cuando una relación está siendo utilizada, la siguiente ya está preseleccionada por el segundo embrague y el pasaje es casi imperceptible. Además, para mayor deportividad, se dispone de levas al volante, al estilo de la Fórmula 1, para un manejo manual (también puede realizarse desde la propia palanca, que presenta un modo Sport).
En prestaciones, siempre respecto de la versión 2.0 TFSI 211 CV S tronic, Audi declara una velocidad máxima de 230 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos. De acuerdo con la marca alemana, el consumo promedio combinado es de 7,7 litros/100 km, una cifra baja y en la que también incide el sistema “start & stop”, que detiene el motor en los semáforos (se enciende automáticamente al soltar el pedal del freno y si fuera una versión manual, al pisar el embrague).
Dinámicamente, el Q3 muestra un comportamiento ejemplar, con mucho aplomo en lo recto y gran adherencia al asfalto en curvas de cualquier tipo. En esto influye no sólo su esquema de suspensión trasera multibrazo, sino también la tracción integral quattro, una marca registrada de Audi, que mejora la estabilidad en curvas y además, incrementa la seguridad activa.
Justamente, como es de esperarse en un vehículo Premium, el nivel de seguridad es elevado, en este caso con una dotación de seis airbags, entre frontales, laterales delanteros y de cortina, a los que pueden agregarse como opcional los laterales traseros. Además, dispone de frenos ABS con distribución electrónica y el tan preciado control electrónico de estabilidad (ESP), que permite recuperar la trayectoria en caso de haberse perdido la línea (siempre dentro de los límites de la física). Como vehículo concebido para la familia, también dispone de anclajes Isofix para mejorar la sujeción de sillas infantiles.
En confort es donde, en cambio, presenta algunas ausencias que llaman la atención considerando el precio base del vehículo. La conectividad Bluetooth, como también ocurre con el sensor de estacionamiento, luz o lluvia, son ejemplos de ello, ya que no forman parte del equipamiento de serie sino que deben agregarse como opcionales, lo que termina incrementando el valor. En el caso de la unidad que probamos, en nada menos que USD 13.150.
Puertas adentro, el Q3 propone un ambiente seductor, con materiales a tono con lo que impone el segmento Premium. Las texturas y terminaciones son agradables al tacto y a la vista, y el instrumental presenta el equilibrio ideal entre lo funcional y lo sofisticado. Como apuntamos más arriba, la habitabilidad es buena para dos pasajeros adultos (no así en la plaza trasera central, por el túnel de transmisión). Además, el baúl ofrece 460 litros de capacidad, con la posibilidad de ampliarse hasta 1.365 litros rebatiendo los asientos.
En conclusión, el Audi Q3 llega para satisfacer la demanda de un SUV más compacto y citadino, con un interesante grado de versatilidad. Todo ello, sin renunciar a un comportamiento dinámico ejemplar, en equilibrio con un buen confort de marcha en ciudad. Como aspectos mejorables, insistimos con algunos ítems de confort que entendemos no deberían incrementar el precio base. Y como suele ocurrir en vehículos europeos, el auxilio temporal, si bien permite ahorrar espacio en el baúl, no es lo más indicado para la realidad vial de nuestro país.
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