El benjamín de la casa alemana se actualizó en diseño e incrementó su potencia. Además, con la reducción del impuesto interno se reposicionó atractivamente.
Por Martín Egozcue
martin.egozcue@carsmagazine.com.ar
Sobre fines de 2015, Audi lanzó en Argentina el restyling del A1, una actualización que propone leves cambios estéticos, agregados de equipamiento y un plus de potencia para el modelo más pequeño de la marca alemana. Ahora reposicionado en precio luego de la reducción de los impuestos internos, en CarsMagazine.com.ar evaluamos al benjamín de Audi en su versión de 3 puertas con motorización 1.4 TFSI y transmisión automática. Una combinación que a marzo de 2016 cotizaba a 32.700 dólares.
Es oportuno recordar que el A1 se lanzó a nivel mundial a mediados de 2010 y que a la Argentina llegó poco después, en el comienzo de 2011. Por entonces, en CarsMagazine.com.ar lo probamos en versión de 3 puertas, también con caja automática (ver aquí). Fabricado en Bélgica para todos los mercados donde se comercializa, el A1 está concebido sobre la plataforma PQ25 del Grupo Volkswagen.
La nueva línea del A1 presenta sutiles retoques estéticos que lo mantienen en sintonía con el estilo exterior de los últimos lanzamientos de Audi. Puntualmente, se modificó el formato de las ópticas delanteras, la parte baja del paragolpes y los faros antiniebla. En el lateral no hay cambios, más allá del diseño de llantas que el cliente seleccione (en la unidad evaluada, de cinco rayos). Atrás los cambios se aprecian en el diseño interno de las ópticas principales y muy sutilmente, en la parte inferior del paragolpes, donde se insertan los “ojos de gato”.
Puertas adentro no hay mayores modificaciones, más allá de algunas inserciones cromadas en ciertos comandos y nuevas opciones de tapizados. Casualmente, la unidad que probamos estaba configurada con el tapizado de tela que Audi denomina “Palpitación”. Por lo demás, el A1 conserva la calidad de terminación propia de una marca Premium, sin nada que envidiarle a la familia del A3, la que sigue en la escalera de productos de Audi.
Volviendo al exterior, con el restyling el A1 incrementó su largo total en 2 cm, hasta 3,97 metros (así resulta 27 cm más corto que el A3). El ancho se mantuvo en 1,74 m (sin espejos) y la altura, en 1,41 metros. La distancia entre ejes tampoco se modificó y sigue siendo de 2,47 metros. Ya puertas adentro, la habitabilidad es la misma y tampoco varió el tamaño del baúl, de 270 litros (ampliables hasta 920 litros rebatiendo los asientos traseros).
La unidad que probamos estaba calzada en neumáticos Continental ContiPremium Contact 2, en medida 215/45 R16. En cambio, el A1 que habíamos evaluado en 2011 tenía cubiertas de perfil “40” y llantas de 17 pulgadas. Claramente, con el perfil “45” el confort de marcha resulta superior, algo que notamos sobre todo a la hora de transitar por calles empedradas. El punto a criticar, considerando la realidad vial de nuestro país, es el auxilio de utilización temporal, en medida 125/60 R18, de esos que parecen de motocicleta y que no permiten circular a más de 80 km/h.
Ya en el apartado mecánico, el A1 conserva el motor naftero TFSI de 1.4 litros, 4 cilindros, 16 válvulas, inyección directa y turbo, que elevó su potencia en 3 caballos para entregar 125 CV a 5.000 rpm (el régimen no varió respecto del modelo anterior). Además, también hubo una leve evolución en el torque, lo que genera el “empuje” del motor, fundamentalmente a bajo y medio régimen. En este caso, la cifra se mantuvo en 200 Nm, pero ahora se logra desde 1.400 rpm (antes, 1.500), manteniéndose parejo hasta las 4.000 rpm. En consecuencia, se trata de un motor muy elástico, que responde en todo su rango de utilización.
Con la transmisión automática S tronic de siete velocidades, el A1 mejora levemente sus prestaciones: de “0 a 100” en 8,8 segundos (antes, 8,9) y 204 km/h de velocidad máxima (antes, 203), según las cifras que divulga Audi. La unidad que probamos estaba equipada con el opcional de levas al volante, ideal para generar un manejo más deportivo de una caja que de por sí, y gracias al sistema de doble embrague, ya es rapidísima en el pasaje de marchas.
A nivel consumos, las cifras que obtuvimos no variaron de las registradas con el modelo anterior: en torno a 8,5 litros/100 km en ámbito urbano y no más de 7 litros viajando a 130 km/h constantes. Para favorecer la economía de combustible, el A1 incluye, de serie, el sistema Start&Stop que detiene el motor en los semáforos y que también desconecta el aire acondicionado (si el conductor lo desea, el dispositivo puede desactivarse con sólo presionar una tecla).
Otra novedad para destacar del renovado A1 es la incorporación, de serie, del “Audi Drive Select”, un sistema que modifica la respuesta del motor, de la caja de cambios automática y el grado de asistencia a la dirección. De esa forma, es posible elegir entre el modo “Dynamic” para un desempeño más deportivo; o el “Efficiency” orientado a la reducción del consumo. Lo probamos y el cambio es notorio cuando se selecciona uno y otro modo de conducción (también hay uno intermedio, denominado “Auto”). Respecto de la dirección, en el anterior A1 tenía asistencia electro-hidráulica y ahora pasó a ser 100% eléctrica, lógicamente conservando la asistencia variable en función de la velocidad.
Por lo demás, el A1 mantiene un destacable desempeño dinámico, con pocas inclinaciones a la hora de tomar curvas veloces. La insonorización es otro punto sobresaliente. Y como apuntamos, con el rodado de mayor perfil (“45”), al menos en la unidad que probamos apreciamos una mejora en el comportamiento sobre superficies desparejas.
En seguridad, el A1 contempla, siempre de serie, Programa Electrónico de Estabilidad (ESP), seis airbags (frontales, laterales y de cortina), anclajes Isofix para sillas de niños, y faros antiniebla delanteros y traseros. Recordemos que el A1 está homologado para 4 pasajeros, por lo que atrás sólo cuenta con dos apoyacabezas y dos cinturones de seguridad (como corresponde, inerciales de tres puntos de fijación).
Pasando al equipamiento de confort, hay algunos ítems atractivos de serie, como el climatizador automático y la central multimedia con pantalla desplegable de 6,5 pulgadas. Pero también identificamos otros elementos, más básicos, que no se ofrecen por defecto. Nos referimos al sensor de estacionamiento trasero, control de velocidad crucero o navegador satelital, por citar tres ejemplos. Todos estos ítems, que hoy ya son comunes en segmentos inferiores del mercado, se deben agregar como opcionales en el A1, lo que lógicamente encarece el precio final.
Resumiendo, en el A1 los aspectos a destacar siguen siendo la motorización, la transmisión automática S tronic, el desempeño dinámico, la calidad general, la insonorización y el equipamiento de seguridad. Y a mejorar, como ya habíamos señalado en la anterior prueba del modelo, la reducida altura al techo en las plazas traseras (personas desde 1,60 m de estatura ya viajarán incómodas), el auxilio de utilización temporal y ciertos faltantes de confort que deberían incluirse de serie.
En definitiva, el Audi A1 se actualiza sin cambios radicales pero lo suficiente como para mantener su atractivo dentro del segmento de los Premium compactos. Y ahora, al igual que sus rivales, con un precio en dólares mucho más accesible. En concreto, la gama del A1 arranca hoy en USD 31.700 dólares (1.4 TFSI Manual), cuando hasta el año pasado, con la anterior escala de impuestos internos, partía desde casi 50.000 dólares…
