El Salón del Automóvil de Pekín, que se iniciará este fin de semana, es la oportunidad para los constructores occidentales de imponerse en el mercado N° 1 en ventas de todo el planeta. Expondrán desde marcas generalistas hasta exclusivas como Ferrari.
Ferrari, que vendió más de 200 autos en China en 2009, presentará en Pekín la nueva 599 GTO.
Este fin de semana abrirá sus puertas el Salón del Automóvil de Pekín, puerta de entrada a China para los constructores de todo el mundo, que buscan imponerse en el mercado que en 2009 se convirtió en el N° 1 en ventas en todo el planeta.
En un inmenso salón de exposiciones de 200.000 m2 se presentarán en particular 65 prototipos, 95 automóviles ecológicos y una flota de modelos de lujo destinados a un público chino cada vez más rico. “Quieren que la gente quede impresionada mirando sus modelos”, dijo el analista John Bonnell, de JD Power Asia-Pacific. “Adquirir un modelo de lujo y conducirlo permite imponerse”, agregó.
Las ventas de automóviles en China llegaron a 13,64 millones de vehículos en 2009, más que en los Estados Unidos, mientras que los clientes, disponiendo cada vez más de recursos económicos, cambian de vehículo más a menudo, en parte gracias a que el gobierno le dio una mano al sector del automóvil con diversas medidas como una baja de impuestos.
El mercado chino ha aliviado a los constructores extranjeros confrontados a una baja de las ventas en Occidente debido a la crisis económica. “Dada la situación deprimida para el automóvil en numerosas regiones del mundo, los salones de Pekín y Shangai atraen cada vez más fabricantes”, destacó Ian Fletcher, analista de IHS Global Insight. “El mercado chino fue el primero del mundo en 2009 y los niveles de crecimiento deberían mantenerse en los próximos años”, predijo.
