Los 0 km que superen ese valor tributarán un 20% y los que superen $7.960.000, un 35%. El 30/11 se revisará nuevamente la base no imponible de la AFIP.
A través de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el Gobierno de la Nación anunció la actualización de la Ley de Impuestos Internos para el mercado automotor. Las nuevas bases imponibles comenzaron a regir el miércoles 1º de septiembre y tendrán vigencia hasta el martes 30 de noviembre de 2021.
El monto exento actualizado del gravamen es de $2.216.200,22 (ojo, precio de venta de la terminal al concesionario, no al público). Por encima de esa cifra y menor a $4.091.446,57, los autos estarán afectados por una alícuota del 20 por ciento. Aquellos con precios iguales o mayores a $4.091.446,57 tributarán un 35 por ciento. Hasta hoy, la primera escala empezaba en $2.012.678 y la segunda, en $3.715.714.
En los concesionarios, el impuesto interno se traduce en una carga del 20 por ciento para los autos con precios al público a partir de los $3.120.000, aproximadamente (el número puede variar por el IVA y el margen de la comisión), y del 35 por ciento para aquellos que se comercialicen por $7.960.000 o más.
El gravamen se actualizó un 9,18 por ciento como consecuencia de los números arrojados por el Sistema de Índices de Precios Mayoristas (SIPM) entre abril y junio. El objetivo es ajustar el tributo a los aumentos que sufrió el sector en los últimos meses, fruto de la inflación y la trepada del dólar, dos variables que indicen directamente en el precio de los autos.
El “impuesto al lujo”, tal cual se lo denominó popularmente, afecta a los modelos de gama media y alta desde enero de 2014, cuando fue implementado por primera vez. En los últimos siete y años y medio, las bases no imponibles fueron subiendo y bajando, pero el tributo sigue ahí. Para las automotrices, se trata de un gravamen distorsivo.
Por el momento, las pickups continuarán exentas de este impuesto por tratarse de vehículos comerciales. Es una buena noticia, ya que en la Argentina se producen varias medianas (Hilux, Amarok, Ranger, Frontier y Alaskan), aunque el tributo sí afecta a la Toyota SW4 y al Volkswagen Taos, ambos de industria nacional. Hay más modelos regionales afectados, como por ejemplo el Jeep Renegade (versión Trailhawk), el Jeep Compass y el Toyota Corola Cross.
La experiencia indica que este gravamen provoca dos consecuencias directas: el “topeo” en el precio de algunos modelos sobre el límite del mínimo no imponible para quedar afuera y el aumento excesivo en el valor de los que están afectados, muchas veces seguido por la retirada del mercado dado que su precio queda muy desfasado. Además, toda esta distorsión alimenta los sobreprecios.