Enigmático, vistoso, único, personal y con mucha historia. Pocos emblemas en el mundo motor tienen la belleza e historia que carga el escudo de Alfa Romeo.
El logo que Alfa elige para honrar a sus autos trata de una perfecta combinación de símbolos que constituyen el emblema de la ciudad oriunda de la automotriz: Milán. Algo a destacar es que esta insignia ha sabido “aggionarse” con el paso del tiempo. Modestamente y en pequeños detalles, logró una mutación acorde a cada momento acompañando la historia de marca.
Durante los siglos X y XI, Milán sufre el dominio del tirano Bonizone, siendo asolada por una terrible peste. Estos duros hechos desencadenan una guerra civil que el obispo de esa época logra controlar. Él es quien trae a plano la gran cruz roja utilizada al día de hoy en el logo de Alfa Romeo. Hablamos de la mismísima cruz de San Ambrosio: símbolo de la aristocracia en unión de paz, acompañado de un campo blanco en representación del vasallaje, cruz que también forma parte del escudo de Milán.
Este símbolo es luego atribuido a un acto heroico del joven Milanes, Giovanni di Rho, llevándola como estandarte en la primera cruzada en tierra santa, y también utilizado por los milaneses que parten hacia Constantinopla a finales del siglo XI.
Otro elemento que compone al logo es la serpiente reina. Este animal se desprende del escudo de la familia Visconti, una de las fundadoras de Alfa, además de simbolizar la acción en las cruzadas.
El gran aro azul en un primer momento llevó la sigla ALFA –por Anónima Lombarda Fabrica Automobili– y el “Milano” en su parte inferior, tras la entrada del Ingeniero Nicola Romeo como accionista mayoritario. Así se agregó su apellido ROMEO. Luego, en consecuencia del campeonato mundial obtenido con la P2, al volante del conde Gastone Brilli Peri, una guarda de laureles fue anexada en conmemoración a la gran victoria.
Diseño italiano, tan propio y característico de Alfa Romeo, develado en su insignia matriz: su logo.