¿Avanza o retrocede el C3 con esta generación, que cambia casi 100% frente al modelo anterior? Ya está en la cochera de CarsMagazine.com.ar para responderlo.
Por René Villegas
Fotos: Claudio Arena
La nueva generación del Citroën C3 (ver aquí) se puso a la venta recientemente en la Argentina. Y un ejemplar del hatchback compacto (segmento B) en versión Feel Pack 1.6 AT Bitono (es una de las más costosas) ya está en manos de CarsMagazine.com.ar para manejarlo y detectar cuáles son sus puntos altos y bajos.
Esta generación del C3 se separa estilística y tecnológicamente de su par conocido en Europa. En la Argentina, se posiciona como el 0 km más barato del mercado (ver aquí), tras un desarrollo gestado primordialmente para mercados de Sudamérica e India.
Con un formato compacto y un largo de 3,98 metros, la altura de 1,61 metros es lo que más resalta a primera vista. Presenta un capot elevado y detalles propios del segmento SUV, por lo que intentará colarse como una propuesta llamativa con precio de auto accesible y formato de segmentos de moda. Además, ofrece una gran habitabilidad para un modelo principalmente citadino.
Pero no todas son buenas noticias: el nuevo C3 pierde en varios aspectos con la generación saliente. Dispone de sólo dos airbags (antes cuatro), tiene menor equipamiento de confort e incluso llantas de menor diámetro, que advierten ya en los papeles parte del ahorro impuesto en esta “evolución”.
La gama ya está disponible en Argentina con dos motores: un 1.2 litros de 82 CV y tres cilindros, que se presume concentrará gran parte de las ventas. El motor 1.6 VTi de 115 CV (es el de la unidad probada) queda reservado para las variantes más equipadas, en este caso con transmisión automática de seis velocidades.
Durante una semana estaremos al mando de este modelo, que se ofrece en la Argentina a un precio de lista de $4.453.900, con vigencia a diciembre de 2022. En los próximos días, podrás leer aquí la prueba completa.
No se mucho sobre este segmento de coches, soy un hombre común con un empleo común. Conduzco mi Chevrolet de hace 50 años y de vez en cuando humilló algún Fiat. Pero lo que si sé, es que si la gente de Citroën se preocupara en hacer sus diseños más bonitos aumentarían sus ventas.